Con la presentación del fungicida Cripton Xpro Bayer realizó ayer el lanzamiento para Latinoamérica y Europa con la asistencia en Mar del Plata de unos 150 profesionales y técnicos, más unos 250 participantes para la transmisión a distancia ubicados en 15 provincias de la Argentina y cinco países con Paraguay, México, Uruguay, EE.UU. y Brasil.

En ese evento la primera disertación “Cómo funcionan los fungicidas” estuvo a cargo de Marcelo Carmona, ingeniero agrónomo, especialista en fitopatología y docente de la UBA
Quien se refirió a los cambios sanitarios con nuevos manejos para el trigo y la cebada, en ese sentido se abordó el control de roya naranja, roya amarilla, mancha negra, ramularia y otras enfermedades.
Con la pregunta: Por qué llegamos tarde para el control de las enfermedades? El especialista se refirió a los criterios aplicables y dijo que en principio se debe considerar el umbral de lo tolerable y hasta dónde se comienza a afectar los rendimientos.
Afirmó que se debe prestar especial atención a las hojas que contribuyen a la epidemia, las hojas inferiores que generan la autoinfección y el contagio entre plantas. Como los síntomas comienzan desde abajo hay que cambiar las tecnologías de detección, indicó.
Las acciones control y el monitoreo por lotes que sirven para hacer una detección tempranas son fundamentales para ejecutar las acciones. Pensando en la prevención (evitar la enfermedad) y el efecto curativo porque en ese sentido trabajan los fungicidas, no en una etapa de la erradicación posterior.
Como pasa con otros agroquímicos, en el uso de productos fungicidas se debe considerar la resistencia de las cepas. En un lapso de 10 años los estudios han demostrado la mayor tolerancia de los hongos a ciertos compuestos que ahora ya no son tan efectivos.
El diagnóstico correcto también es fundamental en el tratamiento. “Busquen la forma de recuperar la visión con lupa”, afirmó porque hay que chequear las pústulas y lograr una determinación correcta.
Carmona indicó que en la roya amarilla se requiere una aplicación en etapas tempranas, en tanto que la roya negra requiere una aplicación posterior, más tardía. Y recordó que las temperaturas máximas de julio son uno de los factores a considerar en este tipo de hongos. Recordó que las semillas de cebada en Argentina, en un 80 por ciento, tienen ramularia. Además se trata de una enfermedad con migración aérea por lo que se requieren los alertas zonales. También las inundaciones han influido en la aparición de estas epidemias.