El cultivo es sumamente requerido en el mercado interno y sus oportunidades crecen cada vez más. En este sentido, la Agencia INTA Guatraché se encuentra realizando un ensayo sobre diferentes variedades para analizar el rendimiento en la zona.
El cultivo del almendro está siendo muy demandado debido al gran consumo interno que tiene, aunque en Argentina es importado en su gran mayoría. Si bien los subproductos o el procesado del fruto son realizados por industrias nacionales, la materia prima viene del exterior, en presentación de pasta o fruto entero.
Al momento de tomar la decisión de implantar un monte nuevo la relación planta – producción es buena debido a que una planta tiene el valor de un kilo de almendra, si bien la inversión inicial es determinante, se puede recuperar ampliamente.
Hoy en día otra de las decisiones determinantes para iniciar una plantación es la selección adecuada de la variedad para poder tener una producción estable, esto es con respecto a la época de floración ya que tenemos algunos inconvenientes con las heladas de fines de invierno e inicio de primavera, por esto es importante la elección de variedades de floración tardía y extra tardía.
Desde la Agencia INTA de Guatraché están probando seis variedades de almendros para ver cuál es la que mejor se adapta la zona y también analizan la floración.
Este año se logró obtener una variedad más (vialfa) para poder seguir estudiando el cultivo. Otro punto más a tener en cuenta es que los viveros están enfocados en la obtención de estas variedades, teniendo hoy una oferta más amplia de la que había en el pasado.
Con respecto a la comercialización, una ventaja es que el fruto es no perecedero y con requerimientos mínimos de almacenaje, se puede consumir de forma cruda o cocida en muchas recetas de alimentos dulces o salados, en la elaboración de leches y untables. Hay un nicho de mercado que crece cada vez más por cuestiones de salud, por los nutrientes que la almendra aporta.