“Con datos del 2020, la menor producción de biodiesel y bioetanol tuvo un rol decisivo en la caída de las fuentes energéticas de origen agroindustrial, que cayeron más que el agregado energético. En 2021, los biocombustibles recuperaron algo de terreno”, da a conocer el informe de los técnicos de la BCR.
El año 2020 estuvo marcado por el fuerte desplome en el consumo energético que provocó la expansión del COVID-19. La generación primaria de energía a nivel mundial se redujo en un 4,5% según datos de BP (British Petroleum), mostrando la caída interanual más pronunciada desde el año 1945. El recorte en la producción petrolera mundial explica tres cuartas partes de este desplome, aunque los sectores de gas y carbón también sufrieron mermas, señala el análisis.
Por su parte, la producción secundaria de energía atribuida a la agroindustria argentina totalizó 3.003.000 TEP en 2020, representando 4,3% del total. La generación por parte de la agroindustria, que incluye la producción de coque, biodiesel, bioetanol y carbón de leña, se contrajo un 27% en 2020, cayendo más que la producción total.
La misma publicación analizó: “Vale la pena destacar que el 90% de la fuerte caída que tuvo la producción agroindustrial de energía secundaria se debe a la menor originación de biodiesel y bioetanol. En 2020, estos biocombustibles representaron el 2% de la energía secundaria argentina, exhibiendo una caída en su participación por tercer año consecutivo. En 2017, su producción llegó a representar el 3,8% de la energía secundaria generada en el país”.
A la fecha, la Secretaría de Energía no ha publicado aún el Balance Energético consolidado para el año 2021. Sin embargo, sí ha publicado mensualmente la producción (en toneladas) de biodiesel en base a soja y bioetanol de maíz y caña de azúcar. Estos datos referentes a las dos mayores fuentes energéticas que surgen de la agroindustria resultan muy útiles ya que son representativos del sector.
En 2021, la producción de biodiesel fue de 1,7 millones de toneladas (Mt) exhibiendo un aumento del 49% respecto del 2020 pero ubicándose un 24% por debajo de la producción promedio de los últimos 5 años. La industria del biodiesel ha experimentado considerables fluctuaciones a lo largo de su historia, gran parte de ellas motivadas por políticas económicas restrictivas al comercio o consumo, tanto en la esfera internacional como doméstica.
El último año, por ejemplo, la recuperación en la producción estuvo motivada fundamentalmente por la demanda externa. En 2021, las exportaciones de biodiesel duplicaron a las del 2020 alcanzando 1,2 Mt, lo que equivale al 71% de la producción. Aun así, los despachos del biocombustible se ubicaron por debajo del promedio exportado de los últimos cinco años. El consumo interno de biodiesel, lejos de mostrar una recuperación interanual como las exportaciones, volvió a caer y acumula una caída del 61% desde 2019. Solo en 2021, su consumo se recortó un 11% contrastando con el mayor consumo de gasoil (se consumen conjuntamente) que aumentó un 15% interanual.