La situación internacional de los granos y otras exportaciones

«Desde la asunción de Trump, el mundo se ha visto sumergido en la incertidumbre respecto al
futuro del comercio internacional y de la economía global
«, consideraron desde la BCP para brindar un análisis del panorama internacional.

En primer término, explicaron que Trump comenzó su gobierno anunciando la implementación de diversos aranceles, que se fueron materializando con un 25% para las importaciones de acero y aluminio; una tarifa del 25% a cualquier país comprador de petróleo o gas de Venezuela, afectando especialmente a China, su principal comprador de crudo; y un 25% a los vehículos fabricados fuera del país. También evalúo la posibilidad de aplicar tasas portuarias a los buques operados o fabricados en China, aunque sin novedades por el momento.
Finalmente, el pasado 2 de abril anunció un esquema que parte de un mínimo del 10% para las importaciones de todos los países, con tasas mayores para 60 países o bloques comerciales con un alto superávit comercial con EE.UU. Sin embargo, por el momento algunas tarifas no se harían efectivas, como el 25% sobre los productos originados en Canadá y México, dado el tratado de libre comercio vigente entre los tres países del norte (T-MEC). Dicho tratado, si bien fue firmado por el propio Trump en su primer mandato, ahora está señalado como un obstáculo y buscarán que sea revocado por el Congreso norteamericano.

En segundo lugar, varias de las naciones afectadas respondieron con represalias hacia el país norteamericano: China con aranceles del 15% sobre productos estadounidenses como carnes y soja. Sin embargo, otros como la Unión Europea se muestran dispuestos a negociar y bajar el gravamen a “0 por 0” para bienes industriales, al tiempo que toma fuerza la posibilidad de concretar el demorado acuerdo de libre comercio con el Mercosur.
Ante este incierto escenario, China, Japón y Corea del Sur plantearon la intención de negociar un acuerdo de libre comercio trilateral. Al cierre de este informe, Trump anunciaba posibilidades de avanzar en una negociación bilateral con Japón y Corea del Sur para rediscutir sus vínculos comerciales.

Para Argentina, Washington ofrece la oportunidad de rebajar los aranceles si el gobierno cumple con ciertas condiciones, entre las más importantes se encuentran la reducción de impuestos a las importaciones, facilitar el acceso al mercado cambiario y eliminar restricciones no arancelarias.

Por su parte, hay que ver que el índice bursátil Nikkei de Japón se desplomó más del 7% el lunes pasado, tras una caída del 2,75% el viernes anterior, producto de la inestabilidad ante las medidas de Trump. El jueves y viernes, luego del anuncio de aranceles mínimos del 10% para las importaciones de diversos países, los principales índices de Wall Street registraron sus peores jornadas desde la pandemia en 2020.

En este contexto, las economías buscan reducir la dependencia de la moneda norteamericana, acentuándose el proceso de desdolarización. Es así como China se encuentra avanzando en el impulso del yuan como moneda para transacciones internacionales en RMB mediante la creación de una red de pagos digitales paralela a SWIFT: CIPS (Cross-Border Interbank Payment System), con el objetivo e
independizarse del sistema financiero occidental. El yuan digital conecta a los 10 países de la ASEAN y a seis naciones de Oriente Medio, representando el 38% del volumen del comercio global.

Las estimaciones de inflación anual para la economía norteamericana aumentaron notablemente (de 2,8% al 4,7%) luego de los aranceles anunciados, y toma fuerza la posibilidad de una próxima suba de tasas por parte de la Fed para controlar el aumento de precios, lo que podría ser una noticia negativa para el mercado de los commodities.

En otro plano, con el correr de los días se fue alejando la posibilidad de un acuerdo de paz en el Mar Negro, que había sido insinuado en conversaciones mantenidas por Trump y Putin. También se suman las tensiones alrededor de Taiwán, a raíz del despliegue de la flota china que tuvo lugar la semana pasada; las amenazas de EE.UU. contra Irán, con relación a su programa nuclear; y el recrudecimiento del conflicto en la Franja de Gaza. Elementos, todos, que contribuyen a la incertidumbre y conflictividad que recorre el
mundo y que sólo amenazan con profundizarse.