Una de las certificaciones vinculadas a la ganadería que ha tenido mayor crecimiento en los últimos años es la identificada como RWS, conocida como Estándar de Lana Responsable, así lo confirmaron desde la Cámara Argentina de Certificadoras.
El presidente de la CACER, Gabriel Berardinelli, fue invitado recientemente al primer encuentro del Programa Exportar Calidad del CFI y en ese marco habló sobre las certificaciones que el mundo pide y el consumidor observa.
Entonces se refirió a la certificación en ganadería que abarca diferentes aspectos. Pero uno llamativo es el que surgió hace unos años y afecta a Argentina, Uruguay, Australia y Nueva Zelanda como productores muy fuertes en producción ovina.
Berardinelli recordó que todo comenzó cuando años atrás una organización defensora de la derechos de los animales visitó Australia y detectó maltrato en un establecimiento con ovinos. Esa situación se repitió en otros lugares, donde fueron encontrando casos similares con ovejas, y a partir de allí hubo un gran impacto en los consumidores y principalmente en los compradores de lana y las empresas de moda. Como resultado en el 2017 surgió esta nueva certificación.
Se trata de la RWS (Responsible Wool Standard) o Estándar de Lana Responsable, que consta principalmente de un control sobre el buen manejo de los animales y la sustentabilidad del recurso suelo.
Para satisfacer a sus compradores, los países productores de productos ovinos debieron adecuarse rápido y lograr esa certificación.
«Este es uno de los estándares que creció de manera más explosiva porque si no lo tenés las principales empresas productoras de ropa e hilanderías a lo largo del mundo no compran la lana», afirmó.
Además, es una norma que se va extendiendo a otros procesos de elaboración de fibras. También se ve con importancia ir explorando en textiles las condiciones de productos orgánicos porque es algo que se viene, sugirió.