El ingeniero Fernando Scaramuzza (INTA Manfredi) fue el disertante de la charla organizada en la tarde por la CAPROMA e INTA en el auditorio Pelayo de la 89º Exposición Rural de General Pico.
Desde las 14.30, con una buena asistencia, se refirió a la agricultura de precisión y lo que ocurre tranqueras adentro con los eslabones estratégicos como es hoy la tecnología, en un contexto de demanda de alimento que requiere mejorar los rendimientos.
Estoy cerca del techo productivo? Es la pregunta para saber desde dónde hay que crecer y es allí que la precisión se debe adoptar.
No es lo mismo incorporar que adoptar, aclaró, porque se puede comprar una maquinaria tecnología pero hay que comprender cómo opera esa tecnología en el campo.
Argentina tiene unas 38 millones de hectáreas cosechables, señaló, y el 80% de esa superficie es trabajada por contratistas.
Scaramuzza se refirió a las variables que determinan el rendimiento acercándose al techo productivo. En esta idea la siembra debe basarse en el concepto de que cada semilla sea productiva. Una adecuada calidad de siembra se define en la relación entre las semillas y potenciales plantas, en comparación con la cantidad de plantas logradas y su desarrollo.
En la distribución y la distancia de siembra, explicó, hay un coheficiente de variación de plantas aceptable que brinda un promedio entre el fallo (sin semilla) y la duplicación (por poca distancia).
En este análisis la peor situación es el fallo, porque significa inexistencia de planta. Por esta razón, el ingeniero dijo que se deben hacer mediciones y la distribución de semillas es un factor importante.
La velocidad de emergencia de plantas, es otra clave porque genera pérdidas (principalmente en la siembra temprana). Porque la temporalidad va a afectar luego el momento de la cosecha, explicó.
Ver la eficiencia de siembra, contabilizando los espacios en blanco sobre los metros cuadrados según el cultivo, sería incluso una tarea relacionada con la persistencia en casos como el de la alfalfa.
La planificación en cultivos es entonces una de las claves al momento de una siembra eficiente considerando variación espacial y temporal. La tecnología disponible hoy como los monitores de siembra, pueden aportar esos datos para operar de una manera adecuada. Además, hay aplicaciones para poder analizar esos datos y saber la eficiencia de esa implantación.
La cosecha prepara la cama de siembra, hablando de la distribución de los residuos, según comentó. Regular el cuerpo de siembra es importante, y para ello los elementos de mayor incidencia son la estabilidad, el barredor de rastrojos y los distribuidores. “La parte tecnológica por sobre los fierros”, afirmó.
Scaramuzza se refirió también a la implicancia de las cuchillas porque si van muy profundo se consume más combustible, hay más desgaste de la herramienta, se corta la capilaridad del suelo y la semilla queda enterrada incluso a menor temperatura. Entonces, lo óptimo es ir uno o dos centímetros por debajo de la profundidad de siembra.
El disertante, durante más de una hora, fue aportando de esa manera consejos prácticos destinados a contratistas y productores que buscan eficiencia al momento de la siembra.