Proteger la semilla y promover el crecimiento inicial

El ingeniero Martin Díaz Zorita, docente en la UNLPam y asesor independiente, fue uno de los profesionales que encabezó la reciente jornada realizada en General Pico acerca de las perspectivas climáticas para la provincia y la planificación de la campaña gruesa. En ese contexto recomendó el uso de las tecnologías disponibles para proteger la semilla y promover el crecimiento inicial.

Con la organización del Ministerio de la Producción y en la sede del Colegio de Ingenieros Agrónomos de La Pampa, la jornada apuntó a la próxima siembra y señaló: “A todos nos gusta tomar decisiones con las cartas marcadas y por eso están los pronósticos, para conocer un poco más el escenario en el que vamos a estar produciendo. Sabemos que lo que hacemos es transformar insumos disponibles como la radiación o el dióxido de carbono que está en el aire pero necesitamos agua y entonces tenemos que pensar en el balance hídrico. El productor tiene que tener la flexibilidad para capturar la humedad, saber usar barbechos, labranzas, siembra directa, cuidar el suelo y considerar sus decisiones porque no siempre la fecha óptima da lo mejores resultados ya que hay condiciones de manejo. Sobre todo en años como este en el que hace unos días el panorama era de cero agua y una condición severa de estrés hídrico en primavera, pero se transformó en una semana con perfiles recargados de agua aún sin cambios en cuanto a los riesgos de que no haya nuevas precipitaciones”.

La flexibilidad pasa por saber en qué lote estoy, conocerlo, caracterizarlo, estar preparado para aprovechar al máximo los recursos o tomar decisiones serias como postergar la fecha de siembra tratando de ir a una implantación más postergada. Una evaluación que se hace, según explicó, lote a lote y en cada región de forma específica.

En el noreste de La Pampa, límite con la provincia de Buenos Aires los suelos profundos con perfiles recargados no pueden desaprovechar esa oportunidad para la producción con siembras lo más tempranas posibles, aconsejó, y con las tecnologías más eficientes. Sin embargo, comparó, en ambientes más someros o con menos capacidad de carga de agua, que tienen alguna limitante, la recomendación es ser más precavidos en cuanto a las exigencias del sistema, y no descuidar la densidad de siembra, la tecnología y la nutrición.

TECNOLOGÍAS CLAVES

Consultado acerca del uso de tecnologías como las que ofrece Verdesian, manifestó que se trata de tener opciones para mejorar el crecimiento de los cultivos. Y los tratamientos con metabolitos, de bioestimulación y la inoculación que promueve la fijación del nitrógeno y mejora las condiciones de crecimiento inicial (sobre todo en soja) repercuten para ser más eficientes, apuntando a fortalecer la “columna vertebral” de los nutrientes.

El ingeniero resaltó: “Todo lo que ayude a que los cultivos tengan crecimiento activo significa mejor transformación del agua en producción”.

Díaz Zorita destacó que para los cultivos de gruesa como maíz y soja el punto de partida es la nutrición. Por esa razón, la fecha de siembra, la densidad adecuada y la implantación uniforme no se deben menospreciar.

Las tecnologías que protegen la semilla y promueven el crecimiento inicial son esenciales, y en la soja no se debe dejar de lado los tratamientos biológicos que involucran la incorporación de moléculas que colaboran en el desarrollo de la raíz y por lo tanto del sistema de fijación de nitrógeno. En los ambientes pampeanos para la gruesa es clave, agregó, la incorporación de fósforo porque en la zona hay una deficiencia del 65% de los lotes que hace que no se puedan sostener producciones medias.