No es suficiente con agregar nutrientes, según Martín Díaz-Zorita, docente e investigador de la Facultad de Agronomía de la UNLPam y DZD Agro SRL. Saber usar la tecnología a favor de una absorción mayor y menores pérdidas es parte del manejo.
La búsqueda de la mayor producción por cada recurso disponible es intrínseca a la biología de las plantas y en la formación de los rendimientos de los cultivos. Sabemos que el rendimiento potencial de cada sitio de producción está limitado por la oferta de nutrientes y actuamos en consecuencia al implementar diversas estrategias para el diagnóstico y manejo de la fertilización para aportar en abundancia y estratégicamente los elementos que necesitan las plantas para crecer con normalidad. Lograr un uso eficiente de los nutrientes aplicados es muy importante tanto para lograr un mayor retorno en términos de producción por unidad de fertilizante como para maximizar su incorporación en las plantas y así limitar sus pérdidas fuera del aprovechamiento directo por los cultivos. Con este marco, es crítica la administración eficiente de nutrientes a partir de la elección correcta del momento, la ubicación, la fuente y la dosis de los fertilizantes.
A nivel global, y solo al producir cereales de invierno, conocemos que aproximadamente hasta la mitad del nitrógeno aplicado al fertilizar no se incorpora en los cultivos. Es así como, para mejorar su aprovechamiento, es decir su transformación en rendimientos se recomiendan diversas estrategias de manejo de los fertilizantes que varían entre regiones y que dependen entre otros elementos de las condiciones ambientales de producción. Verdesian Nue Charge G®, una tecnología única patentada que actúa sobre las tres formas de pérdida de nitrógeno (volatilización, denitrificación y lixiviación) reduciendo las mismas en un 50 por ciento de lo aplicado y aumentando la disponibilidad de nitrógeno aportado a la planta por más tiempo.
En la región pampeana durante el invierno predominan extensos períodos con escasas y aleatorias precipitaciones y en respuesta a esta característica es recomendable anticipar la fertilización en los cereales de invierno hacia el inicio del macollaje. Además, principalmente cuando los productos son aplicados en cobertura, emplear fuentes o formulaciones acondicionadas para reducir los varios procesos naturales de perdida que ocurren entre la solubilización de los fertilizantes y su incorporación en las plantas. Esta recomendación se extiende, independientemente de su fecha de siembra, también al manejo del nitrógeno en maíz y en sorgo.
La contribución de aplicar fertilizantes de alta eficiencia de incorporación, sólo valorada desde los aportes a la producción por unidad de nitrógeno aplicado, son positivos y con frecuencias variables. En promedio para las últimas campañas de trigo y de maíz, en estudios en el área central pampeana, este aporte fue equivalente a entre el 5 y el 6 % del rendimiento alcanzado. En el caso del fósforo también se describen mejoras en el crecimiento y en la producción al elegir adecuadamente las formulaciones de los fertilizantes. Verdesian AVAIL® T5, es un polímero soluble que logra reducir la fijación de fósforo (P), mejorando la disponibilidad del fósforo aplicado de una manera efectiva, esta tecnología mejora la disponibilidad hasta un 40%, mejorando la eficiencia en el uso de este nutriente que con tratamientos tradicionales en una aplicación de fósforo puede quedar, con suerte, un 25% disponible para el cultivo.
La incorporación de tratamientos biológicos, emulando los procesos naturales que acompañan al crecimiento de las plantas, son un elemento de relevancia en la búsqueda de mejores condiciones de incorporación y de transformación de los nutrientes. Dependiendo del cultivo se identifican diversos microorganismos que aplicados en tratamientos de semillas ayuda por procesos directos o derivados de su funcionalidad a la nutrición de las plantas. Por ejemplo, en soja la inoculación eficiente con rizobios explica en promedio el 8% de los resultados de producción mejorando la eficiencia de incorporación y transformación de nutrientes tales como el fósforo. En cereales, microorganismos promotores del crecimiento aportan a la estabilidad productiva de estos cultivos tanto en inverno como en verano y así mejoran la transformación de lo nutrientes disponibles en el suelo o los aportados al fertilizar.
En síntesis, al planificar inteligentemente la fertilización atendiendo a incorporar decisiones que mejoran la eficiencia de uso de los nutrientes acompañamos al funcionamiento natural de los cultivos aumentando su incorporación efectiva en las plantas, que se traducen en reducciones de pérdidas fuera del sistema productivo y mejoras en los rendimientos por unidad de fertilizante aplicado. Las tecnologías que ayudan a esta administración responsable de nutrientes contemplan tanto acciones de manejo (muestreo y diagnostico inteligente o dirigido de suelos, momentos y localización de los fertilizantes) como de innovaciones tecnológicas en la formulación de los fertilizantes. Estos últimos, al limitar las pérdidas de nutrientes aplicados explican en promedio respuestas en producción equivalentes a entre el 5 y el 6% de los rendimientos alcanzados. La inclusión de tecnologías biológicas que potencian el crecimiento de las plantas también contribuye a mejorar la incorporación de los nutrientes disponibles, del suelo o de los fertilizantes, y su transformación en producción. Hoy, como lo hace la naturaleza, integrar acciones de mayor eficiencia en el uso de los nutrientes ayuda a mejorar la producción tanto por sus aportes hacia los cultivos y su renta como hacia el ambiente y su desarrollo sostenido.