El ingeniero Daniel Miralles disertó en la jornada internacional CEBAR 2021 que comenzó hoy y seguirá mañana con un ciclo de charlas y mesas de debate en torno al cultivo de cebada y sus perspectivas futuras.
El ingeniero destacó que en la producción de cebada la decisión sobre la fecha del siembra es importante y por ello hay que elegir el momento adecuado entre la posibilidad de heladas y de golpes de calor comprendiendo que el momento más crítico de la planta es cuando se define la cantidad de espigas.
Así es que el rendimiento se define en la fase reproductiva de la planta, cuando crece la espiga y se obtienen los granos. No se trata del momento en el que se observa a plena vista la espiga en la cebada porque el período crítico comienza unos 40 días antes. Y las pérdidas en el rendimiento se dan tanto por adelantar la siembra y sufrir heladas como por retrasarla y estar a merced de golpes de calor. Entonces, Miralles dijo que la clave está en predecir la fecha de espigazón con el uso del “tiempo térmico”.
Con esta base de ideas se elaboró el modelo que anticipa, usando datos del satélite de la NASA y del SMN (para las temperaturas bajo cero), el momento de espigazón según la ubicación geográfica y la variedad de cebada. Cronocebada se aplica para 24 variedades entre forrajeras, cerveceras y pastoriles, y mantiene datos de temperatura sobre 153 localidades de la región productiva en Argentina. Mostrando en simulación los estadíos del cultivo y las posibilidades de helada y golpe de calor. Además, se incorporó otro dato que es la existencia de agua en suelo.
Miralles destacó que además de ser una herramienta gratuita, la simulación que provee tiene un margen de variación de 6.7 días y un desvío del 2%. Siendo así “un modelo razonable para definir la fecha de siembra”.