“General mente el productor fertiliza con recetas, sin hacer un análisis de suelo, con recomendaciones de la agronomía o de un productor vecino, y la idea es fertilizar en base a lo que el cultivo necesita teniendo en consideración lo que el suelo tiene”, dijo Marisol Cuellas, de la agencia de La Plata de INTA AMBA en Buenos Aires, y una de las técnicas que hoy brindó sus conocimientos y experiencia en la jornada de agua y suelo realizada en General Pico.
En relación a La Plata recordó que se trata de una zona productiva importante con unas 5.000 hectáreas bajo cubierta para horticultura y flores de corte. “Tenemos producciones que hace muchos años están bajo cubierta y los suelos, sin un manejo adecuado, muestran una degradación y una contaminación del recurso agua, entonces desde el INTA estamos abordando la problemática a través de manejos de suelo diferentes a los que el productor está acostumbrado”, señaló.
“General mente el productor fertiliza con recetas, sin hacer un análisis de suelo, con recomendaciones de la agronomía o de un productor vecino, y la idea es fertilizar en base a lo que el cultivo necesita teniendo en consideración lo que el suelo tiene. Hacer una fertilización específica y no a ojo. Porque con el tiempo se acumulan los excesos y se ven deficiencias nutritivas en los cultivos, hay más incidencia de plagas y enfermedades por lo que el productor aplica más intentando controlar, se generan más gastos, y se genera un ciclo sobre el suelo degradado”, analizó.
Esas prácticas de manejo sustentable que se recomiendan deben ser permanentes porque el tiempo de degradación del suelo es más rápido que el período que lleva la recuperación.
En cuanto a la demanda de los cultivos, Cuellas consideró que en la horticultura serían los que tienen frutos porque tienen más requerimientos de nutrientes, y el productor intenta cuidarlos más porque son más costosos y se quiere cuidar la inversión.
