María Beatriz Giraudo, presidenta honoraria de Aapresid e integrante de la regional de Venado Tuerto, aseguró que Argentina puede lograr un plus al vender no sólo alimentos sino también aprovechar la biomasa del campo y generar bioenergía, biofármacos y otros productos diferenciales.

“Hace más de 30 años que aquellos visionarios y fundadores de Aapresid se unieron con la preocupación de sustentabilidad de los suelos. Desde entonces se viene trabajando para encontrar soluciones y que la tecnología nos permita manejar de forma más sencilla la adversidad climática y que ello no nos restrinja la producción. Siempre con el cuidado del ambiente al mismo nivel d preocupación que la explotación del cultivo”, indicó a Rural al Día.
Hoy esa misma preocupación está instalada en todos los niveles de la sociedad, aseguró, y Aapresid tiene una ventaja al poseer herramientas y soluciones para abordar esas temáticas. Giraudo afirmó que los productores son los primeros en comprometerse en esta causa porque están en contacto directo con el tema. Pero se necesita tecnología disponible y políticas públicas que acompañen esos desarrollos para lograr transferencia, una adopción masiva y un mismo enfoque.
La integrante de Aapresid destacó la labor del INTA para la investigación y el desarrollo de tecnologías, como un organismo de amplia territorialidad y una ventaja que debe consolidarse mediante redes de trabajo.
En cuanto al reconocimiento de quienes “hacen las cosas bien”, Giraudo dijo que es una tendencia, o un deseo, de ser premiados pero ahora se ve que es una exigencia a nivel global para poder permanecer en el mercado. Entonces la trazabilidad, las buenas prácticas, son un requisito básico para vender. Desde Aapresid la certificación de agricultura sustentable se está enfocando en las buenas prácticas agrícolas y algunas provincias como Córdoba están pensando en iniciativas de reconocimiento mediante incentivos. “Lo ideal sería poder tener un plus por esa diferenciación. Fundamentalmente porque el mundo lo plantea como un requisito para todos y el liderazgo de Argentina para que producción y ambiente no avancen en detrimento de alguno de ellos es algo que el resto del mundo no tiene. Como política de Estado y país deberíamos defender esa marca para tener un valor agregado en ese sentido. Y redoblar la apuesta con el diferencial en materia prima desde la siembra directa y en la gran cantidad de biomasa del campo que puede transformarse en bioenergía, biofármacos y otras alternativas”, afirmó.