“El proceso de henificación implica no solo se trata de enrollar fibra, sino de cuidar la hoja para que ese rollo sea una fuente de proteína y cuando lo pongamos en el mixer repercuta en lograr una dieta de calidad”, dijo el ingeniero Federico Sánchez, INTA Manfredi.
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Sánchez explicó a Rural al Día que hacer bien el rollo de alfalfa implica el mismo costo que hacerlo mal, porque se usan las mismas máquinas y tiempo. Pero aprovechar las fuentes de proteína depende de hacer el trabajo en el momento correcto. Y no lograr esos buenos resultados implica después un costo extra al tener que suplementar los alimentos.
En cuanto el picado de maíz, una problemática a nivel país es desde diciembre la sequía que afectó la floración de los cultivos tempranos. Por estos motivos, los maíces destinados a granos que ahora se decide picar tienen una espiga muy vacía que no dará un producto de buena calidad. En general, anticipó, se espera un 30% o menos de materia seca al momento de picar.
En ese sentido se recomienda aumentar la altura de corte y en algunos casos extremos ver de pasar la cortadora y luego la picadora pero con un cabezal recolector. Pero antes de tomar esas decisiones es necesario hacer una recolección de pruebas en el lote, picar y poner en horno o microondas para comprobar la materia seca.