Cuando los residuos suman valor

Desperdicios de cereales, lactosueros, frutas, verduras y mucho más constituyen hoy parte de una revalorización productiva y eficiencia en beneficio del ambiente.

La reutilización de los desperdicios de alimentos y materias primas de origen vegetal y animal forman parte de un círculo virtuoso que debe ser conocido en cada región para dar valor a los residuos y trabajar de forma sustentable.

Según cifras de la FAO, se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen. Si bien las pérdidas varían según la cadena, los grandes volúmenes de residuos, descartes y subproductos generados por la industria agroalimentaria constituyen un gran problema.

De acuerdo con Livia Negri, especialista del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA Castelar, “es posible minimizar y valorizar los grandes volúmenes de residuos, descartes y subproductos que generan las actividades agropecuarias y agroindustriales, mediante la aplicación de tecnologías adecuadas”. Y agregó: “La producción de residuos es una parte inevitable de la cadena de elaboración y suministro de alimentos que pueden reincorporarse a la cadena productiva”.

En el caso de las frutas y verduras, aspectos vinculados con su estética o tamaño conllevan a su descarte, dado que no cumplen con las exigencias de los consumidores. A esto, se suma los residuos y subproductos propios de la industrialización, tales como piel, semillas, carozos, bagazos o sueros.

La pregunta es: ¿son desechos o insumos?

Para Negri la respuesta es simple. En su mayoría, pueden ser considerados insumos. Y como ejemplo se refirió a la utilización del bagazo de cebada, un subproducto de la fabricación de cerveza, para alimentar ganado bovino. O bien, el descarte de cítricos para la suplementación de rodeos destinados a la producción de carne y de leche, dado su alto valor energético.

También se refirió a la obtención de harina de banana de descarte, a partir del remanente de frutas que no califican para la comercialización en fresco. Además, mencionó la técnica de deshidratación en cerezas para la obtención de pasas con valor agregado y aprovechar los excedentes de frutas estacionales, o bien la producción de barritas de frutas deshidratadas y frutos secos aptas para celíacos

Entre las numerosas alternativas de aprovechamiento de residuos, también está la obtención de snacks saludables a partir del descarte productivo de zanahoria. Así, se l aprovechamiento de las zanahorias que, aún en óptimo estado de madurez, no se comercializan por su forma o tamaño.

Otro modo de reciclar residuos es aprovechar el descarte de girasol para producir hongos y biofertilizantes. Así, reutilizan la cáscara de girasol que generan las aceiteras, procesan el sustrato degradado por los hongos y lo transforman en biofertilizante.

A su vez, es posible producir plásticos biodegradables con uno de los principales desechos de la cadena láctea: el lactosuero . Lograron transformarlo en dos productos con alto valor agregado: por un lado, plásticos biodegradables, que podrán también aplicarse a compostaje, y por el otro, un aditivo para la nutrición infantil.