Un balido del oeste por la innovación caprina

La cabra colorada vista por su pelo y su capacidad carnicera es una opción de hacienda válida para el oeste pampeano, pero también se ha vuelto por fuera de la producción familiar una hacienda requerida por los mercados árabes que demandan ovinos y caprinos.

La cabra colorada no se limita a la reproducción tradicional, pese a que en La Pampa se lo puede ver como un animal rústico por la zona en la que se produce y su uso en ganadería familiar. Hoy existen programas en los que Agricultura Familiar, INTA y la Universidad Nacional de La Pampa se integran para pensar en una especie local que todavía puede seguir desarrollándose.

Si bien hay proyectos que apuntan a la venta del pelo de la cabra colorada, con modalidad comunitaria, el docente José Luis Roberi (de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLPam) se refirió al aspecto carnicero. Ahora a los mejores machos no es necesario trasladarlos para que su línea genética se distribuya, porque además de la resistencia que algunos productores tienen a vender sus animales se da una cuestión sanitaria del movimiento y de practicidad que a partir de la extracción de semen se puede resolver.

Extensión de la Facultad de Ciencias Veterinarias participa en este tipo de proyectos que apuntan al productor pampeano, quien de otra manera no siempre puede acceder a estos avances. Roberi comentó que mediante esta idea, que ya tuvo avances en estos días, se podrán medir valores, registrar los cruzamientos, elegir los mejores reproductores y llegar a «una raza bien definida con datos». Con este tipo de iniciativas la intervención de organismos estatales le da al productor de cabras pequeño y mediano una oportunidad que solo, por una cuestión de costos, sería muy difícil que pudiera realizar.