Romina Jauregui, coordinadora de Inocuidad y calidad agroalimentaria del SENASA a cargo del Centro Regional La Pampa – San Luis, manifestó que el intercambio fluido con las empresas es necesario cuando se plantean hacer modificaciones que requieren habilitación.
Indicó a este portal que tanto las modificaciones como incorporaciones de nuevas líneas deben ser analizadas, como se observó días atrás con la ampliación de la planta de faena en el frigorífico Pampa Natural de Speluzzi. Esto pensando en el mercado interno como en procesos necesarios para la exportación.
Este tipo de monitoreos, consideró, no son esporádicos porque forman parte de los servicios que se brindan a diario cuando SENASA desde el frigorífico autoriza las actividades, verifica buenas prácticas, formas de manipulación, muestreo de la carne y todo lo necesario para que llegue de la manera que corresponde al consumidor.
Este tipo de cuidados se hacen en la industria, dijo Jauregui, pero el control de alimentos va desde la granja o el campo hasta la mesa del consumidor a través de distintas estrategias. El SENASA tiene un control para alimentos de tránsito federal, también colabora con los municipios con capacitaciones y charlas, asesora a pequeños emprendedores familiares y va cubriendo distintas necesidades.
La coordinadora destacó que las buenas prácticas y todo lo que hace a la seguridad alimentaria no implica grandes costos porque comienza en puntos básicos como el correcto lavado de manos en la manipulación y aplicar los procedimientos correctos de higiene, transporte y almacenamiento.