Los últimos puesteros: El Tony Vallejos

Largo unas coplas al viento,
para que lleguen buen lejos,
y me afirme en los consejos,
el de estribar bien cortito,
para pasar un ratito
por lo del Tony Vallejos.
Nunca faltaba a la escuela
madrugaba de pequeño,
pues le sobraba el empeño
de a caballo, en bicicleta,
tuvo asistencia perfecta
en el pedal de sus sueños.
En el campo del Eduardo
él aprendió a jinetear, 
también aprendió a amansar
y los trabajos rurales,
el de andar con animales
vacunando en el corral.

Versos extraídos con permiso del autor, Ariel “Alpataco” Vazquez, del libro Los últimos puesteros.