“La idea es contextualizar un poco el escenario económico y financiero de los negocios agrícolas pensando en las variables macro y su impacto. Después analizar desde lo micro las estructuras de costos que tienen distintos planteos de negocios en girasol, maíz y soja en campos propios y arrendados”, dijo el lic. Jorge Paturlanne.
El docente e investigador de la cátedra Costos para la Administración de la Facultad de Agronomía de la UNLPam, asesor agroeconómico y productor, es uno de los profesionales que estará en al jornada “Costos e indicadores económicos para la presente campaña agrícola en La Pampa” que se desarrollará el próximo 20 de noviembre a las 19.30.
La propuesta se organiza con la mencionada facultad y el Ministerio de la Producción de la provincia.
“La idea es tener algo de extensión de lo que hacemos en la UNLPam, que en este caso es acerca de los negocios de agricultura”, explicó a RD.
El licenciado comentó el contexto para esta campaña y refirió qué hay cierta incertidumbre sobre las variables cambiarias y se analiza entonces la dinámica de “precios relativos” observando las relaciones producto- producto (comparando los cultivos) y las que corresponden a insumo- producto para ver cuánto representa una tonelada de soja frente a litros de glifosato o kilos de ternero.
“En la actualidad estamos en un momento favorable de precios relativos que hace que estas relaciones se den bastante bien y eso nos da una mirada optimista hacia adelante”, señaló. Además, en la jornada se hablará del comportamiento estructural de los precios con su variación en el tiempo, se identificarán los meses donde se dan las mejores cotizaciones para maíz, soja y girasol y aquellos momentos en los que los valores están más deprimidos (utilizando análisis estadísticos que tiene la universidad).
Por otra parte, se evaluará el contexto financiero considerando las opciones crediticias, sean en dólares o en pesos, con cheques pesificados, a canje con proveedores y otras opciones.
“Después vamos a meternos en distintos planteos agrícolas que pusimos como supuestos y ver los resultados posibles“, afirmó.
Paturlanne refirió que en las conclusiones del análisis se vieron situaciones de arrendamiento con diferentes propuestas de producción y de costos. Así se planteó en el maíz siembra directa pero con diferente costo de semilla y cantidad de fertilizante, más distintos esquemas de rindes, con esos casos se puede comparar entre cultivos, campos y tecnología la viabilidad de cada negocio.
“Lo que vemos en general es qué hay una perspectiva positiva porque las relaciones son favorables y recobra importancia la gestión de costos, financiera y comercial. Porque hoy en día la toma de posiciones de compra y venta de insumos y productos explica una buena parte de la renta agrícola”, agregó.
En cuanto a la rentabilidad, el entrevistado dijo que la forma de vender, los canales comerciales marcan diferencias. También el paquete tecnológico que puede dar resultados muy buenos con una fertilización extra, herbicidas o alguna otra decisión que afecte a un cultivo con buen precio como pasa con las oleaginosas.
Considerando el mejor momento de venta, manifestó que se deben ver los costos de embolsado y otros factores. En los modelos que se mostrarán se tomó como referencia que un 40% de la cosecha se vendía para financiar el capital de trabajo invertido y otros gastos, con el 60% a guardar en silo bolsas. En girasol se planteó así unos cinco o seis meses de almacenaje con venta en agosto o septiembre. Esto implica inmovilizar capitales.
Entre los indicadores que se debe ver uno es el “punto de equilibrio” que equivale a la cantidad de toneladas que se deben producir para “salir hecho” en la campaña.