En algunos países de la Unión Europea, la organización European Milk Board y sus miembros utilizan el lema «Die faire Milch» para llamar la atención sobre la necesidad de precios justos de la leche entre los consumidores.
Además de sus actividades políticas y económicas, los productores de leche europeos envían una señal activa y visible con un enfoque en la producción que hace viables las pequeñas explotaciones.
Todas las iniciativas de Fair Milk tienen en común el precio justo para el productor. Una remuneración calculada para que el precio pagado cubra los costos de producción y permita a los agricultores administrar sus establecimientos de manera sostenible.
Porque solo a través de una política de precios justos la agricultura familiar puede permanecer en el mercado a largo plazo, producir leche de alta calidad y contribuir a la preservación del paisaje cultural rural. No hay forma de crear requisitos sin que el costo se transfiera al precio. Muchos ciudadanos europeos exigen a sus productores acciones de sostenibilidad, en todos los ámbitos, y buenas prácticas productivas. Sin embargo, con esto hay un aumento de costo. Con esta iniciativa, la idea es brindar a los productores la oportunidad de permanecer en el negocio, de cumplir con los conceptos de producción justa, demostrando al consumidor que están cumpliendo con los requisitos solicitados por ellos.
El sector destaca que la producción de leche es muy compleja. Pero el pago que reciben los productores de leche por su leche ha ido disminuyendo constantemente desde 2001. Al mismo tiempo, los costos de producción (por ejemplo, costos de alimentos, costos de alquiler) han aumentado rápidamente. Decenas de miles de productores han abandonado el negocio, con consecuencias dramáticas para muchas regiones de Europa.
Para ellos, para contrarrestar esta evolución, se necesitan precios para que el productor de leche cubra los costos. Con este objetivo común, los productores de leche de muchos países y de toda Europa han unido fuerzas en la Junta Europea de la Leche. La institución garantiza que un precio justo de la leche permita que continúe la producción nacional de leche en todas las regiones de Europa. Se pueden preservar los establecimientos lecheros y el paisaje cultural históricamente cultivado. Esto es bueno para los agricultores y para todos aquellos que viven en el campo o que pasan sus vacaciones allí. Y es bueno para los consumidores. La agricultura sostenible y el tratamiento cuidadoso de la naturaleza dan a las zonas rurales un futuro económico y garantizan la soberanía alimentaria de Europa.
Traducido por el OCLA del newsletter de MilkPoint por Roberta Züge – La Mira