Vicia, falaris y micotoxinas entre las intoxicaciones más frecuentes en la región

“Es un tema preocupante que a veces nos encuentra con pocas herramientas de diagnóstico y normalmente los casos de intoxicación son graves y desde lo económico un problema para el productor”, dijo Ariel Miranda, médico veterinario del grupo de sanidad animal en INTA Anguil.

Miranda estuvo en la jornada local “Más y mejor carne” donde intentó dar a los productores algunos consejos para afrontar este tema. Las intoxicaciones en general son complicadas, afirmó, ya sea por la planta como ocurre con la vicia que es una forrajera muy adaptada a la región en La Pampa también hubo varios casos con falaris el año pasado, pero otro gran tema en esta provincia son las micotoxinas sobre todo en una región en la que el maíz constituye una de las principales ofertas forrajeras para el ganado.

En cuanto a las micotoxinas, señaló que todo depende de las condiciones del ambiente, el potrero, la historia clínica y el estrés hídrico previo a la floración. O sea que la planta sufre y se fomenta un buen ambiente para el desarrollo del hongo con micotoxina. Eso se ve en los otoños húmedos y tempranos en la zona.

A campo el diagnóstico es difícil y lo que se recomienda es revisar, mirar las espigas, detectar el grado de afectación y en función de ello tener herramientas de manejo. En el caso de los hongos y las micotoxinas una vez que ya están en la planta es muy difícil hacer un tratamiento, y los ingresan al lote para un pastoreo directo, pero se puede hacer dilución a partir del uso del maíz complementado con un verdeo de avena, agregando un rollo, poniendo comederos con otro grano, o secuestrantes de micotoxinas que se pueden agregar al alimento.

Las inundaciones han cambiado también las características de la región, y Miranda afirmó que en los últimos dos años se han recibido consultas por diplodia maydis en el maíz.

La intoxicación en La Pampa, siendo el noreste una zona de cría y recría, la casuística inicia por las vacas y terneros pero no es un problema limitado a una categoría. Lo principal es que el productor pueda detectar un comportamiento atípico en sus animales como problemas de motricidad, síntomas neurológicos o inflamaciones, pero en muchos casos hay “muerte súbita” y se debe conocer el origen lo antes posible.

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