Analizando la evolución de los últimos 12 meses, los precios de la cadena han evolucionado por encima de la inflación y de los salarios, luego de un 2023 de atraso, indicó la FADA dentro del Monitor Ganadero y la comparación con otras carnes.
Por el lado de la demanda, se ve una mejora en el poder de pago de la exportación con un dólar más
competitivo (que pierde competitividad día a día) y precios internacionales relativamente estables, aunque bajos.
En otras palabras, mejor poder de compra pero que no logra traccionar. Los salarios, creciendo muy por debajo de la inflación, juegan para ponerle un techo a los precios en un nuevo contexto de escasez de carne.
El cerdo y el pollo están retrasados respecto a la carne vacuna, con más posibilidades de crecer en un contexto de salarios debilitados.
El precio del asado, mostró un comportamiento negativo en el mostrador en el mes de enero, ya que
perdió un 3,8% contra la inflación mensual, en un contexto de poder adquisitivo muy debilitado. Sin
embargo, al comparar el precio del asado contra enero de 2023, le ganó a la inflación en 29,6 puntos.
Si bien la carne vacuna se mantuvo por encima de la inflación interanual, también se encareció respecto a las otras carnes.
En enero 1 kg de asado podía comprar 3,20 kg de pollo, un 11,4% más que en enero de 2023, y 1,32 kg de cerdo, un 2,9% más que en enero de 2023. La suba de la carne bovina deja lugar para que los precios de estas otras carnes crezcan, pero también le pone un límite a su precio en el mercado interno al
encarecerse relativamente.