Estudios realizados en laboratorios europeos, confirmaron la identificación filogenética de la raza denominada tipo “warrior”, cuya presencia en Argentina en la actual campaña llegó a un nivel de afectación histórico. Esta situación plantea un cambio en el manejo de las enfermedades de trigo, según el informe elaborado por el ingeniero Pablo Campos de INTA Bordenave.

“La roya amarilla o estriada de trigo, Puccinia striiformis f. sp. tritici, es una enfermedad de aparición esporádica en Argentina. De los trabajos de prospección realizados desde INTA Bordenave, en el mapa 2014, se observa sólo la aparición de esta enfermedad en bajos niveles de severidad e incidencia en el SE de Buenos Aires. Ya se habían observado la enfermedad en el año 2010, se la registró en áreas donde previamente no había sido observaba como Entre Ríos (Formento, 2011) y el Sur de Santa Fe”, indicó el informe.
En el año 2015 la distribución de la enfermedad fue mayor tanto en incidencia como en severidad, un impacto que se replicó también al año siguiente. Incluso, ahora afectó los cultivares comerciales de trigo llegando a niveles donde fue necesario el control químico.
“En la actual campaña la enfermedad llegó a nivel epifítico, histórico en la región triguera argentina. No se cuenta con antecedentes de una epifitia tal que tenga a esta enfermedad como responsable. La aparición comenzó en estado de macollaje en los cultivares susceptibles, requiriendo en algunas regiones hasta tres tratamientos químicos. Cultivares que se observaban resistentes en los años 2014 ó 2010 llegaron a ser susceptibles en la actual campaña”, informó Campos.
Estudios destinados a la identificación racial no se desarrollan en Argentina debido a la baja importancia relativa que ha tenido esta enfermedad hasta el presente. Muestras enviadas al Laboratorio de Aarhus University (Dinamarca) para la identificación racial, durante la campaña 2015, mostraron razas de baja virulencia como ya se identificaran en el año 2010. Sin embargo, algunas muestras presentaron similitudes a las razas denominadas “Warrior” presentes en Europa y caracterizadas por su agresividad y superando la resistencia aportada por los genes de resistencia presentes en el germoplasma europeo.
Con el fin de confirmar esta sospecha y dentro de un proyecto en el que participa INTA a través de su experimental de Bordenave, se remitieron más de 20 muestras al John Innes Centre (JIC) del Reino Unido, pertenecientes a la campaña 2016. Las muestras fueron tomas, sobre diferentes cultivares hospedantes, en las provincias de Entre Ríos (Victoria y Paraná), Santa Fe (Esperanza, Cañada Rosquin, Sancti Spiritu), Córdoba (Marcos Juárez), Buenos Aires (Pergamino, Trenque Lauquen, Pla, La Dulce, Balcarce y Bordenave), La Pampa (Anguil). En el JIC, desarrollaron (Hubbard, et, al.) un robusto y rápido análisis de campo, utilizando trancriptome secuenciación. Esta técnica permitió la identificación filogenética, en el Reino Unido, de 4 grupos o Clusters de razas de P. striiformis. De las muestras Argentinas analizadas el 38% correspondieron al clúster I o sea razas correspondientes al tipo Warrior y el 62% correspondientes al clúster III concordantes a las razas que ingresadas en esta década a Europa y avirulentas sobre el cultivar Warrior. Ambas Clusters corresponden a las razas predominantes en Europa y como se mencionara previamente, razas virulentas sobre genes predominantes en los germoplasmas difundidos y que fueran efectivos a las “viejas” razas. El origen de la presencia de las mismas en Argentina, todavía está por determinarse. La llegada de estas nuevas razas explica en gran parte el nivel epifítico alcanzado en el 2017, y que fuera en aumento en años precedentes. A esto hay que sumarle las condiciones climáticas favorables al desarrollo de la enfermedad.
Con el descripto panorama racial se provee que esta enfermedad se sume a las ya existentes. Al ser una enfermedad que aparece en estadios tempranos complejiza el manejo en cultivares susceptibles. Cabe recordar que la resistencia genética es la principal estrategia para el manejo de esta enfermedad. El uso de curasemillas con largo poder residual es una alternativa de manejo para las primeras infecciones en estadios vegetativos. El INTA se encuentra trabajando para caracterizar la efectividad de los genes presentes en nuestro germoplasma, a nivel de razas y plantear estrategias para la generación de cultivares resistentes.