Desde La Pampa, con ganadería regenerativa, se venden bonos de carbono

Productores pampeanos vendieron bonos de carbono a Naranja X, mostrando un compromiso con el cuidado ambiental y la producción sustentable a largo plazo.

Agustín Nicolás, médico veterinario y productor, comenzó a trabajar hace varios años un campo de más de 500 hectáreas en la zona de Caleufú. Se trata de un emprendimiento familiar, que junto a sus hermanos llevan adelante con ganadería, y que en este momento es un modelo sobre lo que se puede hacer cuando se trata de producir mejor.

«Hace dos años hice una especialización sobre manejo holístico y lo comenzamos a aplicar en el campo. En ese momento, en la capacitación, se decía que en algún futuro los productores agropecuarios iban a ser prestadores de servicios ecosistémicos«, explicó a este portal. Y a partir de la empresa que llevaba adelante ese curso se dio la vinculación con Ruuts, una firma que genera y comercializa los bonos, para compensar la huella de carbono, a partir de diferentes proyectos a campo que apuntan a la regeneración de los suelos.

La familia Nicolás está produciendo en un establecimiento con ambientes limpios y otros de monte. Allí se dedican a la cría de ganado bovino. Antes había lotes destinados a la agricultura tradicional, que fueron trabajados por más de 15 años con siembra directa, aplicaciones y manejos habituales para los cultivos. En esos sectores, observó, se pudo apreciar la degradación de los suelos, una situación que ahora se expresa con las dificultades y desafíos que se presentan para obtener pasturas de forma ecológica.

«Los primeros dos años parecía que el campo no iba a producir pastos nunca, y hoy ya tenemos una pastura más estable que no depende tanto de las lluvias o el clima. El suelo tiene mejor estructura, con vegetación en superficie y raíces, entonces hay una captación más eficiente de agua y todo el ecosistema es más equilibrado«, dijo a RD. Así se aprovecha la zona de monte con los espacios de pasturas perennes donde sembraron alfalfa, festuca y cebadilla, que de a poco se van enriqueciendo gracias a los descansos largos y el retorno de pastos naturales.

«Ahora todos dicen que hacen ganadería regenerativa, pero nosotros optamos por una forma que se basa en manejo holístico. No se trata de un sistema de pastoreo, porque se hace una gestión más amplia. Incluye los pulsos de pastoreo, pero también la programación financiera y social. Se podría decir que es una matriz de toma de decisiones. Todo lo que se resuelve se define por una serie de preguntas basadas en componentes ambientales, económicos y sociales, plasmadas sobre la realidad del establecimiento«, indicó.

Nicolás señaló que utilizan planillas de pastoreo estacionales, que van determinando el ritmo, se adecuan al clima y a la experiencia previa para manejar la hacienda en cada lugar. Es un plan que se extiende a siete meses, considerando pasturas, carga y estado de los lotes.

«Se necesita mucha presencia en el campo, porque sería imposible programar algo sobre el clima y la naturaleza para los siguientes meses si no estás chequeando y reprogramando en persona«, manifestó.

En todo esto es preciso tener mediciones de los cambios en el ambiente, comprobar no sólo si hay carbono porque se debe observar el aspecto macro que incluye los suelos, pero también la flora, la fauna y la biodiversidad.

CRÉDITOS DE CARBONO Y COMPENSACIÓN DE HUELLA

El pampeano señaló que hoy las empresas buscan compensar sus huellas de carbono, se enfocan en cambios como el uso de energías renovables u otras alternativas. Para el agro la opción es doblemente beneficiosa, consideró, porque la captación de carbono en el suelo se logra al mismo tiempo que se produce más pasto y su transformación en carne. «Es un círculo virtuoso, o una economía ganar- ganar, y a parte nosotros entramos en un proyecto que implica hacer ganadería regenerativa por cinco años evaluando la captación de carbono lograda para poder vender los bonos«, dijo a este portal.

Allí es donde interviene Ruuts, porque esta compañía apunta a la recuperación de tierras a través de conectar productores agropecuarios regenerativos con el mercado de carbono. Y mediante, un estricto protocolo se miden diferentes resultados ecológicos a campo, donde se verifica la mejora del ecosistema, junto con las emisiones y la captura de carbono. Así un productor puede generar un crédito en la plataforma de Ruuts que se vende por tonelada de CO2 a empresas o individuos que buscan compensar su huella de carbono.

Nicolás señaló que participar de esta forma de producción agropecuaria significa un compromiso a largo plazo. Se trata de creer en esa manera de realizar la ganadería, y con la ganancia de los bonos se puede invertir en el pago de las mediciones (que hacen los certificadores) o cubrir otras necesidades que requiera el campo.