El contexto actual, con rumores de retenciones para el trigo y mayor demanda de fertilización, movió la intención de siembra de la fina que beneficia a la cebada.
«Tenemos unos aumentos como nunca habíamos visto», Julián Borisov, ingeniero del área de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca, al observar los costos.
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Para el trigo el costo directo es 573 dólares, con una suba cercana al 50%, con costos de herbicidas, laboreo y fertilizantes.
Glifosato con un aumento del 177%, urea con 142% y 106% para DAP son los incrementos más significativos dentro del contexto general.
Para adquirir los principales insumos, según el precio del trigo, las relaciones son elevadas y se equiparán o superan los máximos del año 2015, explicó.
La intención de siembra bajó un 3% para el cultivo de trigo y un aumento del 6% para cebada. Los principales argumentos para esta intención de siembra son rendimientos de cebada, paridad de precios entre ambos cultivos, la menor necesidad de fertilización para la cebada y los rumores de aumento de retenciones para el trigo. Si bien el la provincia de La Pampa, a diferencia de Buenos Aires, la superficie para trigo y cebada se mantendría.