Carbap junto con las rurales pampeanas llevarán adelante de forma virtual una capacitación para dirigentes gremiales apuntando a los jóvenes, y Horacio Salaverri, presidente de Carbap, consideró que junto con la vocación y la capacidad de hacer el dirigente debe formarse para adaptarse a los nuevos paradigmas.
La jornada se gestó, según explicó, con la Comisión de Educación de la entidad y plantea diferentes abordajes del aprendizaje en la ruralidad abarcando desde la instrucción básica que se da a todos los alumnos hasta cuestiones que hacen en particular a los colegios agropecuarios. Incluso ampliando la mirada hacia adelante con las prácticas laborales que puedan darse en el ámbito rural o con la idea de capacitación dirigencial del agro.
Con esos objetivos para el 29 de septiembre se propone una tarde de formación virtual junto con Salaverri, que aportará desde su experiencia con 30 años en el movimiento rural confederado, mientras que el politólogo Juan Cruz Jaime se referirá a la historia de formación de las gremiales que están en la Mesa de Enlace.
En una charla con RD manifestó que la dirigencia rural necesita la vocación del productor por defender o representar los intereses de su actividad ante el debate de los asuntos públicos. “En ese sentido hay productores que entienden que es necesario, tienen la vocación y abordan la dirigencia rural”, señaló. Y al mismo tiempo son dirigentes que se van haciendo y se van capacitando, porque el mundo va cambiando y se debe recurrir a una formación para poder abordar cada situación.
La incorporación de líderes jóvenes se va dando a través de los ateneos, consideró. Desde los 17 ó 18 años se van sumando al trabajo y la formación de la dirigencia rural. Esto les permite generar “el arraigo sentimental o de pertenencia que los lleva a tratar de crecer sintiendo la entidad como propia, para ser parte y defenderla”.
Salaverri agregó que hay un proceso en la vida de cada joven desde lo personal y lo económico que los hace involucrase de diferentes maneras a partir de los 25 a 30 años y se extiende por al menos dos décadas que es cuando conforman sus familias. Esto significa que impulsan un desarrollo profesional y laboral intenso, y a veces es más complicado que se vuelquen a la actividad gremial. Por esa razón, es tan necesario el arraigo previo, explicó.
En las etapas siguientes se ve que ya son personas con un desarrollo económico y personal estable y entonces hay un retorno hacia la participación activa en las entidades.
Según consideró el presidente de Carbap, el arraigo no se restringe a los hijos de productores, eso se ve en los ateneos cuando se acercan por motivación propia y con un interés genuino en el agro. Si bien las amistades, y el acercamiento a conocidos que están en el gremialismo, también aporta a la integración.
Salaverri afirmó: “El mundo cambia, es dinámico, y en ese sentido debemos generar nuevos paradigmas desde el ruralismo para ir cambiando de acuerdo a las circunstancias, siempre en el marco de lo mejor para el sector. Hay que tener una visión dinámica desde el gremialismo para no quedar estancados en cuestiones estáticas o meramente en el reclamo. Yo creo en un gremialismo pro activo que va a generar proyectos y no se queda en la trinchera para salir sólo de forma repentina.
Otro desafío es generar un ida y vuelta con la política, porque en un país democrático la política gobierna y es la elegida por el pueblo. Hay que saber accionar con la buena política y la mala, que sabemos cual es, debemos rechazarla pero nunca hay que olvidar de buscar articular porque las decisiones van a pasar por allí y se requiere una interrelación, si bien no todos los gobiernos permiten esta dinámica”, manifestó.