Con más de treinta años en el comercio de maquinarias para el agro, Sergio Bogetti, se refirió a la forma actual de trabajar con pandemia, problemas en el tipo de cambio, retrasos productivos y algunos faltantes por las importaciones.
Los equipos para el sector rural desde el año pasado vienen con buenas ventas pero al mismo tiempo persisten las complicaciones en cuanto a la provisión de esas maquinarias.
Bogetti señaló que la producción de equipos y herramientas fue afectada debido a la pandemia, con los cambios implementados en la cuarentena y los casos en los que hubo aislamientos. “Hace unos días se llevaban empleados de una empresa de un pueblo a otro, más de 20 personas en un colectivo, y cuando dio positivo para COVID el chofer todos quedaron aislados. Esto genera retrasos y recambio de personal”, recordó.
Por otra parte, conseguir componentes importados es un problema y se observa de forma evidente al momento de comprar incluso cubiertas. Esto es preocupante, y desde lo económico también. “Si las listas no están en dólares el pago total no se toma. Hoy en sembradoras estamos encargando para el año que viene, y si viene alguien a pagar de contado con el dinero en mano lamentablemente no le podemos cobrar el total porque las mismas fábricas están sin materia prima y no quieren acumular pesos”, dijo a RD.
El entrevistado manifestó que se intenta tener un stock de maquinarias pero no siempre se puede. Como ejemplo, para las monotolvas autodescargables recién hay entrega para marzo 2022, o sea que sólo se puede señar para asegurar la entrega. En la mayor parte de los equipos, indicó, todos los pedidos son para el siguiente año. No hay otra opción, hasta ahora, para quienes necesiten comprar.
“Esperamos que se pueda normalizar, pero además de la pandemia el problema serio que tenemos es por el tipo de cambio y la falta de provisión de insumos básicos como el acero para las fábricas “, afirmó.
Si estos inconvenientes no hubieran estado, consideró, las ventas serían buenas porque se relacionan con los precios logrados por los granos. Y con la hacienda se venía bien, en cuanto a las maquinarias que sirven para forraje, alimento y cuestiones de ese tipo, pero el corte en las exportaciones de carne bovina generó preocupaciones.
El mercado de lo usado, si no hay que cambiar componentes importados, se sostiene con las piezas que se van consiguiendo, aún con un poco de retraso. Esto depende también de si se quiere reparar un equipo de origen nacional o no.
VENTAS DIGITALES
La pandemia trajo aparejados cambios en diferentes sentidos, y Bogetti señaló que hay mucho trabajo que se hace de forma virtual.
“Nunca en mi vida hice como el año pasado ventas virtuales, hablando por teléfono, con mensajes de whatsapp, enviando fotos y tratando de solucionar. La gente ha quedado muy contenta, incluso con la venta de usados que es más complicada de hacer que con un equipo nuevo. No es fácil vender algo usado cuando las personas no han podido revisarla, hay que ser muy serios, ser detallista y decir la verdad. Sobre esto hicimos mucho en el 2020.
Y en el negocio vivimos con el barbijo puesto, aunque trabajamos en familia y con empleados de hace muchos años. Lo mismo hacemos para cuidar a las personas que entran al local”, explicó.