El sorgo de alepo muestra resistencia y es importante la detección temprana

“Hemos elaborado un boletín de difusión para instalar el tema en la comunidad agropecuaria, ya que sorgo de alepo resistente a glifosato no es nuevo en el país hemos detectado poblaciones resistentes en el centro de la provincia de La Pampa, no es algo común y representa una señal del avance de la resistencia en la región”, dijo la ingeniera Jorgelina Montoya (INTA Anguil).

Este conocimiento es necesario para el productor a fin de identificar de forma temprana el problema, destacó.

Montoya manifestó que hay que detectar y entonces mitigar de alguna manera la dispersión de estas poblaciones resistentes. “Sabemos que el sorgo de alepo es una especie naturalizada en La Pampa, todos la conocemos, es sumamente competitiva. Antiguamente en los lotes con alto nivel de infestación era difícil trabajarlos cuando el uso de los herbicidas no era una práctica habitual y disponible y se manejaba todo con labranza convencional”, afirmó.

El uso de glifosato resultó por un tiempo eficaz, pero su uso por muchos años y con incremento de dosis produjo una alta presión de selección en la especie con la aparición de individuos resistentes que se multiplican e instalan en los lotes.

La ingeniera destacó que los profesionales que asesoran y los productores realizan aplicaciones, pero siempre es necesario recorrer los lotes y verificar la eficacia de los tratamientos. No sólo para constatar los efectos sino también para identificar de forma prematura y rápida posibles resistencias de las malezas. Con esos cuidados, entre 15 y 30 días después de la aplicación se deben observar síntomas de fenecencia en las plantas, si pasado ese tiempo no hay resultado los motivos pueden ser diferentes porque hay que pensar en un déficit del tratamiento realizado y en las condiciones del ambiente como cuando hay falta de humedad, pero otra opción es la sospecha de resistencia.

En este momento INTA recibió la consulta de productores e ingenieros que encontraron sorgo de alepo sin los síntomas esperados luego de recibir el herbicida, con la presencia de grupos de plantas que no morían. Para comprobar esto se hicieron pruebas a campo con doble dosis de glifosato en tres litros, para observar la superviviencia de las malezas resistentes. También hubo otra constatación con macetas y se vio la resistencia del sorgo de alepo.

Cuando se encuentra esta maleza resistente, Montoya resaltó que primero hay que identificar el problema y lo ideal sería removerlos de forma mecánica, quitando con una pala de manera que no queden rizomas en el suelo. En este momento el sorgo de alepo está en su etapa de maduración y el riesgo de que suelte semillas en el lote debe considerarse. En el caso de aquellos campos prontos a cosechar, como ocurre ahora con la soja, se debería evitar los “manchones resistentes” para que la máquina no levante esas plantas y vaya esparciendo las semillas.

Un manejo importante es la rotación de cultivos, porque esto implica que van a cambiar también los productos a utilizar, pensando en diferentes herbicidas con formas distintas de acción. Hoy existe una variedad de productos a usar, pero también se ven resistencias como han ido reportando desde distintas zonas productivas. Así se constató desde la UBA al advertir sobre la resistencia múltiple de sorgo de alepo comprobada para glifosato y otros dos graminicidas.