Horacio Berli, propietario de el campo El Mainumbí, realizó la presentación del trabajo que con su familia vienen haciendo con ganadería en el norte santafecino. Una charla virtual que pudo desarrollar en el seminario organizado por el IPCVA.
Este establecimiento lo comenzó a explotar el abuelo de Berli, décadas atrás, y está situado a 50 kilómetros de Reconquista, entre las rutas 11 y 31. Como ganaderos viven en el predio de mil hectáreas propias y 1.500 arrendadas a otros familiares. Allí tienen pasturas naturales (con monte, pajonales y cañada) y sólo hacen un 10% de agricultura para completar la alimentación del ganado con un sistema pastoril.
Berli agregó que llevan adelante el ciclo completo, dentro de una región con suelos de baja calidad y condicionados por las lluvias para el pasto disponible. El pasto natural, como principal recurso, debe ser muy bien administrado, recalcó.
En cuanto al manejo del ganado, indicó que el servicio comienza cuando la vaquilla tiene 15 meses, se inicia en a principios de noviembre y se continúa con el servicio hasta el 10 de enero con inseminación. Con el objetivo de poder preñar a la vaca en su segundo servicio se lleva adelante un destete híper precoz. La recría es de base pastoril con suplementación.
“El rodeo general, tanto de segunda como de tercera parición, tenemos un servicio de 90 días en los cuales por condición corporal se hacen destetes anticipados o híper precoz. Porque la idea es que la vaca se preñe ese año (…) y la vaca que sale vacía se vende”, afirmó. Berli señaló que tienen un índice de preñez del 90% y por esa razón pueden descartar las hembras que no quedan preñadas.
Con las crías se realiza el destete entre marzo, abril y mayo, mientras que el híper precoz ya se hizo en noviembre. Llegando con tres rodeos diferenciados de “reposición con las futuras madres, machos y hembra cola y macho y cabeza” para el invierno. Esos terneros a base de pasto y con una suplementación del 1.2 del peso vivo tienen de 120 a 150 días de recría, que para la primavera sigue creciendo a campo. Lo que se espera es mantener la curva de crecimiento del animal sin sacrificar su estado corporal.
Ya en campo el animal come y logra ganancias de 500 gramos diarios, que para la zona es aceptable. Para el segundo invierno la terminación puede resultar en un novillo liviano o si no pasan a un segundo invierno, con suplementación, para llegar a un bovino de exportación que está alrededor de los 24 y 30 meses de edad.