El comportamiento de más de 30 híbridos de girasol fue observado por la Agencia de Extensión Rural INTA en General Pico, logrando datos sobre productividad, sanidad y calidad. Elingeniero Andrés Corró Molas, jefe de la AER comentó a RD la importancia de esa información para el productor.
Para comprobar el comportamiento de los híbridos de girasol se recorrieron esta semana diferentes ensayos de INTA. En primer lugar la jornada se organizó con el Colegio de Ingenieros Agrónomos de La Pampa y fue en el norte pampeano con demostración de variedades aceiteras y de tipo confitero. De los dos ensayos uno fue cerca de General Pico viendo buenos rendimientos, y el segundo ubicado en un campo entre las localidades de Dorila y Agustoni donde hubo problemas con verticillium.
En relación a este hongo del suelo, Corró Molas manifestó que el ensayo provee datos importantes sobre esa enfermedad que en el girasol produce que el cultivo se marchite y se seque de manera anticipada. Con esta experiencia se observó el comportamiento sanitario de los híbridos.
“En el complejo de enfermedades que afecta a los cultivos el verticillium es de las más importantes y perdura de una campaña a la otra a través de las estructuras de resistencia que el hongo produce y que permanecen hasta diez años en el suelo. Por eso, la historia de cultivos que tenga el lote y las malezas que sobreviven influyen, porque hacen que haya más presencia o no de la enfermedad a diferencia de otros sectores con distinta rotación”, señaló.
Sobre este hongo se observó cómo respondieron los híbridos y al final de la campaña se presentará un informe para que los productores puedan buscar aquellos de mejor comportamiento para sus lotes.
Otros de los aspectos observados fue la tolerancia a pájaros, viendo si el capítulo floral está inclinado o más expuesto a ser comido por las palomas, y quienes van a los ensayos tienen en cuenta la estructura de la planta, en ello se puede considerar la altura porque algunos son más altos y tienen posibilidad de vuelco, pero hay otros detalles de tipo cualitativo sobre las cuales es difícil poner un número para describirlos.
En cuanto a la jornada del jueves en Trenque Lauquen se hizo para mostrar un ensayo conjunto con la agencia de INTA local y ASAGIR. Allí hubo algunos problemas con cancro, que es una enfermedad que viene avanzando en la región, pero el 2020 fue tranquilo porque desde octubre fue relativamente seco, con lluvias por debajo de la media histórica. “Si bien está presente la enfermedad los niveles son bajos y entonces no es posible discriminar bien la diferencia entre los híbridos”, indicó.
Pensando en el girasol para aceite, el ingeniero señaló que en la cosecha se obtendrán buenos datos sobre productividad y contenido de aceite. Se vieron unos 30 híbridos aceiteros en los tres ensayos y en el de G. Pico se sumaron unos diez confiteros. “En los confiteros el mercado es más chico, hay menos volumen y menos superficie sembrada, pero es importante observarlo porque hay menos esfuerzo de mejoramiento genético en los híbridos y mucha variabilidad en el comportamiento a enfermedades y en la calidad también”, aseguró.
El aporte de los ensayos y de los datos que se van obteniendo ya se ve en la zona. Corró Molas dijo que ese aporte se ve en el recambio de híbridos, con modificaciones importantes después de los años 2016 y 2017 por el cancro de girasol. “Yo creo que es relevante para el productor tener la información y en cada campaña analiza sus híbridos en cuanto a sanidad, calidad y productividad viendo qué hay en el mercado y la información verificada”, consideró.
Pensando en la actual campaña de girasol, se ve en lo regional que el girasol es un cultivo rústico sobre todo pensando que se esperaba el déficit hídrico. Por esa razón la superficie del cultivo aumentó. Igual entre los lotes se ven diferentes potenciales, pero el balance general sería bueno para los rindes y el contenido de aceite teniendo en cuenta las condiciones para el llenado. “Tenemos buena expectativa de lo que viene”, afirmó.
Los resultados de los ensayos estarán informados y para difundir, después de la cosecha (a fines de febrero), con un plazo posterior que llevará todo a mayo o junio.