“La última lluvia dejó alrededor de 20 milímetros en una fecha muy importante para ayudar a definir los rendimientos sobre todo en lo que es maíz tardío y la soja”, dijo el ingeniero Andrés Corró Molas, jefe de la AER General Pico del INTA.
Es un momento crítico porque es la etapa del cultivo en la que el estrés impacta de forma directa a los rendimientos. Por esa razón, la lluvia ayuda a sobrellevar el momento de los cultivos, y fue una precipitación bastante homogénea para el norte pampeano.
En cuanto a la evaluación agrícola, destacó qué hay dos puntos de observación para girasol, uno cerca de Dorila y otro de General Pico. Ambos con buen potencial y dentro de la zona medanosa, donde enero compensó la sequía de diciembre y se podrían dar buenos rendimientos. En sectores productivos con tosca la situación no es así y el estrés es notorio en los cultivos. Esto incluye unos 30 híbridos con variedades para aceite y confiteros sobre los que se generan datos que sirven a los productores de la región. Esta información se dará cuando el cultivo ya esté maduro y seco, o sea que dentro de un mes estarán disponibles.
En maíz también habrá datos, dentro del trabajo que se realiza con el Colegio de Ingenieros Agrónomos de La Pampa, y soja dentro de la red de INTA. En estos casos es el maíz temprano sufrió estrés y se observará la comparación por déficit hídrico con el resultado de siembra tardía. En soja también se podrá ver rindes, sanidad y genética.
