En un campo para poder hacer uso de las tecnologías de gestión se necesita una manga y un cepo para poder colocar la caravana y desde allí trabajar con la hacienda. La cantidad de bovinos o escala no debe ser una limitante, dijo Juan Manuel Ortiz, asesor técnico comercial de Datamars.
Presente en la reciente jornada organizada con la FUMASA y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLPam, se refirió a la incorporación de la identificación electrónica a través de caravanas y destacó que se trata de una decisión primaria para poder ser eficientes y mejorar la producción.
Según consideró para incorporar estos dispositivos en un establecimiento: «Pueden ser 50 animales súper profesionales como 10 mil no gestionados, esa es una cuestión de cada productor. Porque el primer paso es definir cuál es el problema a mejorar y en base a eso colocar las caravanas, configurar los equipos con los parámetros en busca de esa solución, sea cantidad de crías en el campo, eficiencia en la preñez o ganancia de peso».
Con la definición de objetivos particulares Ortiz refirió que se acopla el lector, la balanza u otros equipos disponibles. Se parte entonces de saber qué se tiene, qué hay que mejorar y hacia dónde enfocarse.
El entrevistado manifestó que la tecnología en el campo suma otros perfiles a la ganadería, algo que ya se ve en la agricultura. Es incorporar analistas en sistemas, profesionales contables y gente que aporte incluso para poder mejorar la comunicación, teniendo presente que el agro debe dar a conocer cómo se produce y por qué, llegando a la industria, al consumidor y los mercados.
La caravana electrónica no es una novedad porque se usa hace más de 30 años y se ha incorporado mucho en la lechería, pero en el ganado de carne fue más lento. Sí se puede decir que hay avances en cuanto a los dispositivos que se relacionan con la caravana, porque son tecnologías que cada vez aportan más a la trazabilidad y la precisión.