Más carne con la misma cantidad de terneros

De acuerdo con Aníbal Pordomingo, referente en producción ganadera del INTA, “en los últimos años, el país rediseñó los sistemas ganaderos y está preparado para una mayor productividad en recría y en engorde”.

Para el especialista, esos sistemas permitirán encontrar nuevos niveles de integración y complementación de demandas si se da el contexto de competitividad. “Existirán varias ganaderías y una inseparable integración con las otras carnes”, señaló.

En esa línea, el especialista aseguró que “es posible aumentar sustancialmente la producción carne por unidad de superficie con la misma cantidad de terneros que tenemos, considerando también el manejo eficiente de los pastos”.

En este punto, Gabriel Zurbriggen –investigador del grupo de producción bovina y recursos forrajeros del INTA Marcos Juárez, Córdoba– aseguró que para lograr una alta eficiencia productiva y económica es “clave” pensar en ciclos de invernada cortos que no superen el año de duración. “Así, se evita superponer camadas y que los animales pasen dos inviernos sobre las pasturas”, explicó.

Además, recomendó “vender animales jóvenes” para no comprometer la calidad de la carne, dado que “los animales mayores a 24 meses comienzan a perder terneza basal, debido a que comienza a disminuir la solubilidad del colágeno”.

Según el especialista, esto se puede lograr con planteos pastoriles puros con un techo de producción de los 500 kilos de carne por hectárea, sin suplementación. En cambio, con suplementación se logran producciones de 1.000-1.100 kg de carne por ha de pastura, y de 800 kg de carne cuando se considera el ajuste de superficie por suplementación.

“Es necesario asegurar ganancias medias anuales no menores de 650 gramos por día”, indicó.

Para esto, recomendó una planificación en la alimentación, donde la suplementación estratégica de las pasturas con granos cumple un rol trascendental al sostener la carga invernal y corregir el desbalance de nutrientes que tienen las pasturas durante el otoño. “Las pasturas de calidad tienen una alta carga de proteína bruta, pero que en época otoñal tienen un desbalance nutricional con bajos contenidos de materia seca y de carbohidratos solubles”, agregó.

Fuente: INTA