“La primera empresa que fue habilitada tiene un rango de un millón de caravanas que ya está en condiciones de fabricar y poner a la venta en el mercado”, dijo Gustavo Comesaña, director de Ejecución Sanitaria y Control de Gestión de la Dirección Nacional de Sanidad Animal (SENASA).
En diálogo con RD recordó que el servicio publicó en diciembre del 2019 la Resolución 1698 creando el sistema nacional de identificación electrónica de animales, abarcando a todas las especies (bovinos, ovinos, equinos, porcinos y más). Así a la caravana habitual se le incorpora tecnología con un microchip, que permite leer la información que contiene por radiofrecuencia, facilitando el manejo habitual de la hacienda.
Se busca simplificar así la tarea de leer el número de la caravana llevando a los animales de forma individual al cepo de una manga. Con el microchip y el lector se obtienen los datos, se archivan y quedan accesibles para el productor.
“En la fabricación de caravanas, si bien SENASA habilita, es el INTI el encargado de hacer las pruebas necesarias para confirmar la calidad”, afirmó. Para que ese dispositivo sea resistente a las diferentes temperaturas y sirva en lugares donde hace mucho calor sin presentar alteraciones o pérdida de la caravana. También se piensa en la durabilidad, porque deben servir en un promedio de ocho a 10 años.
Una vez que el INTI confirma que todo es correcto se certifica el producto a la empresa fabricante y luego es SENASA quien otorga un rango numérico. “La primera empresa que fue habilitada tiene un rango de un millón de caravanas que ya está en condiciones de fabricar y poner a la venta en el mercado”, afirmó.
Las caravanas electrónicas importadas que se veían hasta ahora en el mercado no eran oficiales, no tenían una numeración avalada por SENASA, no diferenciaban especies ni eran útiles para ser reconocidas en las presentaciones oficiales ante este organismo.
Comesaña explicó que el sistema de identificación electrónica hoy es voluntario y el botón tradicional se sigue usando, incluso con doble identificación al agregar tarjeta en la zona libre de aftosa sin vacunación. Pero se viene dando un “proceso voluntario” para que los productores decidan incorporar el microchip en sus rodeos, hasta que en los siguientes años se vayan reemplazando los dispositivos meramente visuales.
“Hoy sólo es obligatoria la identificación electrónica en el circuito los equinos que son remitidos a faena para exportación”, destacó.
Pensando en los costos, con dos o tres dólares por caravana electrónica, el director analizó que el valor cambiario es muy variable y cada productor deberá considerar la relación costo/ beneficio. “Nosotros entendemos que esta forma de identificación comienza siendo de carácter voluntario y más volcado a producciones intensivas, porque aporta un gran beneficio para los engordes a corral, tambos y cabañas donde la actividad es observada de forma individual por sobre todo el rodeo. Por este tipo producciones ha habido muchas consultas y se vio interés porque salieran las caravanas al Mercado”, indicó.
“Si los costos son elevados el avance de este tipo de tecnologías será lento pero siempre estará disponible, y si los beneficios convencen al productor se espera que el uso vaya creciendo”, agregó.