La reunión técnica a campo para la campaña 23- 24 de girasol se realizó esta mañana en la zona rural de General Pico donde se expusieron los resultados de 29 materiales de girasol aceitero y seis de confitero.
Un nutrido grupo de asesores, productores, técnicos del INTA, representantes de semilleros e interesados se dieron encuentro allí desde las 9 de la mañana. La apertura fue realizada por el ingeniero Andrés Corró Molas, jefe de la AER INTA General Pico, junto con Favio Constantini de APALP, y el presidente del CIALP, Pedro Goyeneche.
El ensayo se realizó con fecha de siembra de principios de octubre 2023 para el girasol confitero y fines del mismo mes para aceitero.
Dentro del análisis y la contextualización de los cultivos, la ingeniera Eugenia Gihroni (INTA G. Pico) se refirió a las precipitaciones. Tomando datos de la media histórica para la zona con 730 milímetros. Y explicó que en los últimos 19 años el promedio fue de 760 milímetros en precipitaciones, pero eso se debe a que sólo seis de esos registros anuales superaron la media. En general, afirmó, se podría decir que aún viendo algunos picos de precipitaciones estamos atravesando un periodo seco.
En cuanto a las temperaturas, señaló que la tendencia es de máximas y mínimas en aumento. En un periodo de 60 años se incrementaron más las mínimas que las máximas, comparó.
En lo particular, el cultivo del lote de ensayos tuvo 562 mm. Casi sin reposición de agua en otoño, con retraso de las lluvias primaverales, y con el agua concentrada entre noviembre y diciembre lo que retrasó las fechas de siembra.
Las temperaturas fueron mayores en otoño e invierno, pero diciembre tuvo un registro mensual menor que la histórica. Enero mostró un aumento en sus últimos días (ola de calor) pero en general estuvo dos grados por debajo.
Considerando desde diciembre 2023 hasta el 8 de febrero, dentro del umbral de 35°C para los cultivos sin afectar el rendimiento, el estrés térmico se centró en finales de enero. Ghironi aclaró que el lote tiene una influencia de napa cerca de los 2.5 metros. La fecha de floración promedio fue del 14 al 20/01 y la afectación del estrés térmico (pronunciada) tuvo un retraso o menor incidencia en relación a las campañas anteriores (seis ó siete años atrás).
SANIDAD Y MALEZAS
A continuación el ingeniero Denis Colombo (INTA Anguil) se refirió al panorama sanitario, mostrando los signos de afectación del cancro en girasol y destacó que recibieron consultas por hojas quemadas o con bordes necróticos, aunque agregó que el síntoma de la toxina sobre la planta es diferente al de falta de agua u otro factor.
La enfermedad, agregó, tuvo una incidencia este año en el 85 por ciento con los muestreos. También adelantó que hay avances en la búsqueda de genes de resistencia a la enfermedad.
Colombo dijo que la enfermedad número uno en girasol es el verticillium, con síntomas típicos de necrosis internerval con halo amarillo. Pero ahora algunos no manifiestan esos mismos signos y se investiga la raza de la zona para identificar la infestación.
Camilo Montes, ingeniero agrónomo de la AER G. Pico, se refirió al relevamiento de malezas y la evidencia de carryover. El técnico señaló que tenían datos de 63 localidades con unas 200 respuestas en total. Al hablar de las malezas de la época estival destacó, en asociación a girasol, soja y maíz, como amarantus, morenita y chloris, entre otras. Acerca de la concentración de productos y el carryover, explicó que para lograr que el producto «se lave» se necesitan más de 200 milímetros de lluvia, y con menos agua se observó en los cultivos la incidencia negativa.
Antes de recorrer los lotes, también se brindó información sobre la dinámica de plagas en la campaña actual y la situación con el pulgón amarillo en sorgo.