«La idea es hablar de cómo vienen los verdeos, con diferentes fines. Los que se hicieron temprano con destino a pastoreo que han sido importantes en algunas zonas, y en otros lugares donde se levantó la cosecha se apunta a opciones de invierno como las gramíneas (centeno y triticale) para cobertura o la implantación de vicia y melilotus para reemplazar el nitrógeno que daría la urea mitigando el efecto del precio de los fertilizantes», explicó a RD Cristian Álvarez, ingeniero de la AER General Pico del INTA.
Para tener un buen servicio y lograr un aporte de nitrógeno la fecha de siembra, destacó, es una variable importante. Por esa razón en esta zona del norte pampeano a medida que se cosecha la gruesa se van incorporando los verdeos. Las densidades, pensando en que puede haber diferencia en las semillas que tienen los productores e ingenieros, se estiman entre 30 y 50 plantas por metro cuadrado, que para el peso medio de lo que se ve en la región equivale a 12 ó 18 kilos de vicia en planteos puros.
La vicia debe ser inoculada, advirtió, porque la ser una leguminosa requiere mejorar sus posibilidades de capturar nitrógeno.
Por otra parte, considerando el aporte en suelo para un cultivo posterior y el equilibrio de una dieta con fines forrajeros, se debe prestar atención a fósforo y azufre como nutrientes que tienen que estar en niveles aceptables para la vicia y cualquier otra planta.
«En los campos de productores de la zona, en nodos de experimentación y ensayos las mediciones están arrojando valores de aporte de vicia entre 50 y 80 kilos de nitrógeno. Que son resultados muy interesantes para el cultivo principal que se haga allí, sea maíz, sorgo o soja. Es un antecesor que en soja llega a dar un rango de aporte de tres a siete quintales«, indicó.
Esto se relaciona con la degradación de los suelos y las limitaciones que se pueden mitigar con un cultivo de cobertura como la vicia. En maíz el aporte, según Álvarez, es más variable porque se registró de tres a 20 quintales.
VERDEOS: PRECONCEPTOS
«Entre los preconceptos que teníamos se pensaba que antes de un maíz o un sorgo iban leguminosas, y previo a soja y girasol se debía optar por gramíneas. Hoy con resultados asociados a trabajos en la zona podemos decir que en general las leguminosas aportan en todos los casos, y es fundamental incorporarlos en los sistemas de producción, principalmente acompañando la sincronización de nutrientes», dijo el ingeniero.
Álvarez afirmó que la eliminación de los cultivos de invierno, como una forma de ahorro, trae implicancias importantes asociadas a pérdida de calidad de suelo, con una disminución de la capacidad de absorción para la captura de agua.
La alteración de la dinámica del agua, consideró, afecta de forma tal que ante eventos importantes de lluvia (en intensidad y volumen) se generan anegamientos e incluso procesos de salinización.
Comprender la importancia de las coberturas y la dinámica del agua, ha llevado a entender en grupos de trabajo agropecuario la existencia de unas 25 contribuciones que se detectan en los sistemas, tanto agrícolas como mixtos, indicó. Son decisiones a tomar entre campañas, prácticas y herramientas que deben ser vistas como importantes en zonas donde las coberturas contrarrestan erosiones eólicas e hídricas, tanto como variables poco reversibles como encharcamiento y salinización de superficies.