“Los avances en tecnología de conocimiento y manejo agronómico permitieron que el cultivo de maíz tardío ganara identidad propia”, aseguró la Bolsa de Cereales en su reciente informe RETAA
La implementación de estrategias de manejo específicas posibilitaron ajustar el ciclo del cultivo a las condiciones ambientales que definen las siembras tardías.
La fecha de siembra tardía (diciembre-enero) permite hacer coincidir el ciclo del cultivo, y específicamente el período crítico para la definición del rendimiento, con periodos de mayores precipitaciones y menor demanda atmosférica. No obstante, esto implica que el cultivo de maíz se desarrolle en un ambiente con temperaturas más bajas, fotoperiodos acortándose y menor radiación solar. Estas condiciones implican que el rendimiento alcanzable de maíz sea menor, en comparación con siembras tempranas (septiembre- octubre).
Por otro lado, las condiciones ambientales que predominan durante el cultivo de maíz tardío favorecen el ataque de plagas y enfermedades, que pueden afectar el rinde a lograr.
En el informe de la BC se presentan los datos de las principales tecnologías aplicadas en el cultivo para el manejo de algunas problemáticas en la última campaña.
La adopción de nivel tecnológico (NT) Alto en maíz tardío, en la campaña 2018/19 fue un 16% mayor que la adopción promedio en los principales cultivos de grano del país (37% promedio de soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada).
Con respecto a maíz temprano, cultivo con mayor NT Alto aplicado a lo largo de las campañas, la adopción de NT Alto en maíz tardío fue un 6% menor.
En relación a la campaña 2017/18, la adopción de NT Alto en maíz tardío disminuyó un 10%, mientras que el NT Medio aumentó un 6%.