El negocio ganadero con renta positiva pero «techo bajo»

Los dos pilares sobre los que se asienta el mercado ganadero están flaqueando, indicaron desde la consultora Zorraquín + Meneses, debido a una baja de la comercialización externa y además el consumo interno oscilante ante las subas en el mostrador.

Esta semana, en los Apuntes para empresas se analizó lo que sucede con el negocio ganadero: La exportación, que hasta hace poco representaba un 32% del destino de las carnes producidas, hoy se ubica más cerca del 25%. En números redondos, la caída de lo exportado en volumen pasó de unas 80000 toneladas por mes a unas 50000 toneladas. Hay varias razones. Una es el alto precio en dólares del novillo (o vaca) respecto a otros países. Otra es el atraso en el tipo de cambio. Y otra, no tan habitual, es que faltan novillos y vacas para abastecer ese mercado. Esta situación se da en un mundo con demanda sostenida, con Brasil y Australia aprovechando la guerra de aranceles entre EEUU y China, que ha hecho caer el volumen comercializado entre ellos. Y con la cuota Hilton con excelente precio en los 18.000 u$s/tonelada.

El otro pilar es el consumo interno. Se ha ido recuperando en los últimos meses, pero ante los aumentos en mostrador hay una retracción inicial y sustitución por alguna de las otras carnes. Esto parece poner un techo al valor de la carne en pie.

En este escenario no muy promisorio, el valor de la hacienda en pie sigue con aumentos moderados. Novillo en el orden de los 2900/3000 $/kilo, novillito en 3100/3200 $/kg, vaca buena 1900/2000 $/kg. Y en invernada terneros machos en los 3500/3800 $/kilo según peso, terneras 3200/3400 $/kg y vaca usada preñada en un millón de pesos. Y todo con agilidad en la venta. No son malos precios en plena zafra de terneros. Los feed lots demandando y volviendo a llenar corrales y, con un otoño bastante amable (en las zonas donde las lluvias no fueron excesivas), hay retención en los campos de cría para ganar algunos kilos en la invernada y en las vacas vacías. Eso hace que la oferta fluya más lento y ayude a sostener precios. Cuando lleguen las heladas este ritmo se va a acelerar. Los ganaderos no son ajenos a lo que ocurre en la macro, recordando que tienen una mercadería valuada en pesos y que al vender deben aplicar alguna inteligencia financiera para defender el valor de su dinero.

«Nos parece que pinta para un año de renta positiva para el negocio, pero con un techo bajo».

A favor, precio de los granos deprimido que baja costos de alimentación y un mercado interno que no explotará pero que debería soportar bien la oferta prevista. Y, como amenazas, que la industria exportadora siga perdiendo competitividad y que eso se traslade a una baja de precios al productor, más un aumento de costos indirectos y de mano de obra que ya se observa, y una mayor tasa de interés crediticia en pesos. Y con valores de arrendamientos en kilos de carne que están elevados para la coyuntura actual. Una ventaja indirecta, que no siempre se da, es que en algunas regiones la ganadería compite bien en rentabilidad con la agricultura con los números actuales, siendo un incentivo a no achicar la cantidad de cabezas.