Inoculación biológica: ¿En qué punto estamos?, es la charla con la que se explayará el ingeniero agrónomo MSC Martín Díaz Zorita, en el marco del tercer encuentro sobre producción con biológicos y estrategias sustentables que se desarrolla en Villa Maria, Córdoba, los días 21 y 22 de febrero.
El entrevistado es docente de la UNLPam en la cátedra de Cereales y oleaginosas de la Facultad de Agronomía, investigador del CONICET y asesor independiente. Y en diálogo con este portal explicó: «Vamos a concurrir diferentes especialistas para exponer y en mi caso particular voy a referirme a un “estado del arte” en cuanto a la inoculación biológica y ver en qué punto estamos. Ese va a ser el disparador para el resto de las actividades sobre aspectos vinculados a los registros, proyecciones y expectativas en cuanto a la contribución de estas tecnologías en cultivos extensivos y los ajustes del manejo con biológicos en ambientes complejos o áreas con restricciones. Incluso vamos a contar con la contribución de especialistas del exterior, como es el caso de Brasil«.
El entrevistado vive en nuestra provincia pero tiene años de trayectoria en el estudio de tecnologías biológicas en el país, Sudamérica y otras regiones del mundo, y forma parte de la Mesa de Nutrición Biológica desde la que hace varios años recogen experiencias en relación al crecimiento de este tipo de tecnologías, que tienen una proyección fuerte asociada a una búsqueda de soluciones por fuera de las tradicionales en manejo de cultivos.
Díaz Zorita manifestó que esa tendencia se ve, incluso en los últimos tres años que llevan realizando el congreso EnBio, por cómo se están involucrando los diferentes equipos de desarrollo públicos y privados. “En los últimos tres años se triplicó la oferta de productos de origen biológico disponibles en Argentina para uso de los productores. Es una tendencia firme, a tal punto que el SENASA revisó, actualizó y agilizó todos los procedimientos de registro según categorías y necesidades. Desde la adopción somos uno de los países pioneros, mayormente en las vinculadas a la nutrición y además a las leguminosas (alfalfa, soja, maní, arveja y vicia). Básicamente el 80% de los lotes de producción sojera reciben inoculantes biológicos. El 100% por ciento de las semillas de alfalfa se implantan con inoculación. Entonces, los biológicos dentro del sistema productivo agropecuario argentino no son tan novedosos pero se van diversificando hacia otros cultivos, como cereales, hacia modelos periurbanos, agroecólogicos y para los que tienen ciertas limitaciones en cuanto a los productos de síntesis”, consideró.
Ahora se ve una adopción lenta, aclaró, porque se observa la eficacia en cada producción intensiva y extensiva. Se trata de productos precursores a los de síntesis, que se logran luego desde la industrialización para eficacia, “repetibilidad de los resultados” y “composición”. El especialista manifestó que no se puede pensar ahora en un reemplazo porque los biológicos no tienen esa “concentración” que logran los de síntesis y se deben buscar condiciones de equilibrio dentro de cada ambiente.
“Lo que sí sabemos es que las soluciones biológicas en los sistemas agropecuarios son complementarias. Aportan mucho en cuanto a la eficiencia de la producción y conviven sin problemas con las de origen sintético. Pero requieren más atención profesional por su interacción con el ambiente, sus condiciones de aplicación son más exigentes y los resultados que se pueden esperar de todas esas combinaciones son más frágiles o inestables”, manifestó.
En este panorama el rol del profesional, del ingeniero agrónomo, se vuelve más relevante por la atención que lleva el manejo de los sistemas biológicos.
Díaz Zorita dijo a RD que toda esta información y análisis es el resultado del trabajo público- privado como el que se hace e impulsa desde la Facultad de Agronomía de la UNLPam. Porque se requiere una extensa red de colegas que pueden lograr una “transición seria desde el estudio a nivel de una parcela o un laboratorio a la extensión en el campo”. Por ese motivo el valor de la producción con biológicos necesita de la ayuda académica.
“El productor que ha decidido incorporar los biológicos a sus sistemas pueden acercarse a nuestras instituciones porque estamos entrenados en interpretar las posibilidades de los productos y acerca de cómo incorporarlos. Porque estas tecnologías funcionan pero tienen condiciones específicas de uso, y allí debemos ser cuidadosos “, concluyó.