Se trata de una manera de definir «Los costos en los que tendrán que incurrir las empresas alimentarias para reducir emisiones, asegurar el suministro y promover la biodiversidad».
Según dio a conocer el observatorio OCLA, dedicado a dar a conocer datos sobre productos de la industria lechera, la «inflación verde» es algo necesario «si queremos como sociedad abordar con seriedad la crisis climática, dado que el sector (productor de alimentos) en su conjunto está en el centro tanto del problema como de la solución».
Esas modificaciones no serán gratuitas en la economía actual de los productores y empresas pero significan una inversión a futuro.
Según el OCLA: «Todos los consumidores tendremos que pagar por ellos» porque no es un problema que se restrinja a los alimentos de «alta Gama», orgánicos u de otro tipo, sino que afecta a todos.
«En las últimas décadas hemos asistido (en países con economías avanzadas) a una continua reducción del porcentaje de gasto dedicado a la alimentación. Pero, en algún momento, ante la creciente demanda de empresas y gobiernos de hacer más en términos climáticos, es probable que tengamos que acostumbrarnos a una nueva situación con respecto al precio de los alimentos», explica el informe.
Surgiría así lo que podría definirse como “inflación verde”, una nueva era de precios más altos de los alimentos como consecuencia de la escasez por la crisis climática pero también de la necesidad de invertir para contrarrestarla.
Fuente: OCLA en traducción del newsletter de CLAL.it