«Al abrir el juego para que los productores vean diferentes tipos de ensayos comparativos les mostramos los distintos productos y resultados» dijo a RD el ingeniero Alberto Muguiro (AER General Pico de INTA) acerca de la actividad que se realiza en el CERET, que es un centro dependiente del Ministerio de la Producción del gobierno pampeano.
«Siempre en el CERET tenemos una postura, junto a Carlos Pechín y Rodolfo Grasso que somos el equipo de trabaja hace más de 20 años, de estar enfocados en temas que ayuden al productor, que sean novedosos y que cumplan con los requisitos que uno debe prever desde lo profesional en relación al cuidado del ambiente y la eficiencia de los procesos«, explicó a RD.
El ingeniero señaló que hoy hay muchas opciones en el mercado en cuanto a semillas, insumos y fertilizantes, pero es bueno en La Pampa probar todo lo que las empresas van entregando de manera que los materiales y productos sean evaluados de manera local. Esto sirve al productor cuando debe tomar una decisión. Son comparativos, de distintos materiales entre sí y con relación al testigo.
«Probamos y validamos información localmente, porque no es lo mismo producir tomates en General Pico, que en 25 de Mayo, otras ciudades o en diferentes partes del país, por esa razón se hacen los ensayos», destacó.
Una de las consultas de este portal fue acerca de los productos de origen nacional que sirven como biofertilizantes. En los ensayos se probó entre otros productos los ofrecidos por Mycophos, que son elaborados en un laboratorio rosarino, en una evaluación de hace dos años y se repetirá en este 2022 pensando en lechuga, que es uno de los cultivos hortícolas de hoja que más se hacen en la provincia.
«Estamos probando con ellos biofertilizantes que hacen efectos en las raíces de los cultivos, poniendo a disposición de la planta algunos cultivos que no siempre son aprovechados. Este año tenemos una jornada invernal donde se probarán muchos materiales de lechuga con diferentes semilleros y paralelamente se verán las aplicaciones. Estos son ensayos que se hacen por más de un año para que la información sea validada con varias campañas, logrando rigor científico y estadístico«, explicó el ingeniero.
Parte de esos cuidados en la evaluación incluyen: Superar el mínimo de plantas requerido para cumplir con la muestra estadística, usar lotes que permitan ese cultivo en el CERET y también se respetan los protocolos sugeridos por la empresa para el uso de los productos. Después se llega a la cosecha y entonces se cortan las lechugas, se pesan, se cuenta el número de hojas logradas y se van comparando los resultados de varios ciclos en diferentes momentos del año. Se contemplan así datos de rendimiento y calidad.
Por el momento la única empresa de biofertilizantes que se ofreció a sido Mycophos, logrando buenos resultados, pero los ensayos están abiertos a quienes quieran participar, señaló.
Hoy es importante probar este tipo de productos, no sólo en producciones intensivas agrícolas, sino también en horticultura con modalidad intensiva. Y tanto INTA como el CERET son objetivos en estos ensayos porque no tienen intereses privados de por medio, aclaró Muguiro.
Los biofertilizantes deben ser considerados en la actualidad porque las legislaciones se van adaptando y lo que se produce en zonas periurbanas tiene sus requerimientos. Se trata de implementar buenas prácticas hortícolas, favoreciendo lo orgánico y biológico, y lograr información previa que se pueda usar en el futuro. El ingeniero manifestó que los productores deberán incorporar en el tiempo estas opciones aún cuando todavía deban sostener el uso de los tradicionales. Por otra parte, hoy se puede considerar el beneficio económico porque los biofertilizantes son en este momento más económicos.
Toda esta experiencia con lechuga se podrá ver en los siguientes meses, entre julio y agosto, cuando se organice la jornada invernal, concluyó.