La cosecha de cachemira es el desafío

La M.V. Melina Castillo dio a conocer los avances para aprovechar la preciada fibra de cabra y la investigación de uso de un extracto vegetal que sirva para temporizar el momento de muda del pelo.

Castillo es graduada de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLPam, ayudante de primera en la cátedra de Biología General y de Inmunología Especial. A nivel de investigación y extensión forma parte del equipo que dirige la doctora María Betina Gómez, junto a los médicos veterinarios Dante Cerutti, Pedro Palermo y además estudiantes que colaboran. Otro grupo de profesionales que participa está en Córdoba, desde el Universidad Católica con el Instituto de Fibras Animales, y a su vez hay relación con investigadores de la Universidad de la Rioja.

El tema de trabajo con pequeños rumiantes, dijo a RD, ahora se enfoca en cabras con el objetivo de “lograr el aprovechamiento de un recurso animal que está disponible en la Patagonia” y está confirmado que existe por muestreo de animales. Se trata de la cachemira.

“Es una fibra fina de alto valor textil y comercial que sabemos que las cabras de nuestras Patagonia poseen pero no es aprovechado o explotado de manera óptima. Nuestro objetivo es primero apuntar a describir la calidad de la fibra existente en nuestra región”, comentó.

Se hace esta investigación con la mirada en La Pampa, en zonas de producción de cabras para poder ve si el recurso animal que hay cumple con los estándares de la industria textil para la cachemira. O si a futuro se debe considerar la posibilidad de un mejoramiento genético para afinar la fibra.

Castillo destacó que ahora se trata de ver cómo es el crecimiento de las fibras, saber los momentos de desprendimiento o muda para la cachemira. 

La cosecha de la fibra es un tema a resolver. “La cabra experimenta la muda pero no lo hace de forma sincrónica, ni siquiera entre animales o regiones. Si bien hay una época determinada por el clima y el fotoperíodo. Según la bibliografía y antecedentes en otros países y en Argentina, si bien no hay mucho en nuestro territorio y por eso queremos aportar, el desprendimiento se produce en general entre fines de agosto y principios de septiembre”, indicó.

La cabra comienza a mudar en el cuello, semanas después en la espalda, luego en la zona del flanco y por último en su parte trasera o grupa.

Entonces hay que pensar cómo recolectar todo el volumen posible, teniendo en cuenta que la producción total de fibra por animal es baja porque está entre los 150 a 200 gramos. “Optimizar la recolección es muy importante tanto a nivel productivo como económico”, afirmó.

El método tradicional para la cosecha es el peinado, como hace China, pero se lo considera una forma cruenta porque a la cabra le duele cuando se tironea el pelo, eso no corresponde con el bienestar animal y las organizaciones internacionales están en el tema. Además por la sincronía de la muda el peinado se debe repetir hasta tres veces y eso es una dificultad, más en los sistemas productivos pampeanos.

Otra opción es la esquila, pero la cultura ovina siempre tiende a la esquila entre diciembre y noviembre cuando la cabra para esa fecha ya mudó toda la fibra. Para poder hacer una recolección de cachemira habría que esquilar entre fines de julio y principios de agosto pero se trata de un animal muy susceptible al estrés térmico y con las bajas temperaturas corre riesgo de morir. 

MIMOSINA Y CABRAS CON REMERAS

La investigación, cuando ya esté descripto el ciclo del crecimiento de la fibra en las cabras de la zona, incluye el ensayo de un método innovador de origen natural. “Estamos trabajando con las semillas de la planta Leucaena leucocephala que contiene una sustancia llamada mimosina. Porque ese compuesto administrado de la forma que nosotros proponemos, administrado con una sola dosis oral para que sea práctico y se puede aportar a nivel productivo”.

Teniendo en cuenta el ciclo de crecimiento, está sustancia va a provocar que se desprenda toda la fibra fina, la cachemira de todas las zonas del cuerpo, en un sólo momento. Logrando que sea sincrónico, homogéneo y con mejor calidad de la fibra al hacerlo en un momento de crecimiento por mayo y junio, detalló la entrevistada.

En cuanto al frío del momento de la cosecha, Castillo dijo que el extracto generará la caída de la cachemira y no del pelo más grueso. Al mismo tiempo, se prueba de utilizar una malla de contención que sirve como una “remera” para el animal, así se protege a la cabra del ambiente mientras se renueva el pelo y es más sencilla la recolección.