Los cultivos intensivos y el peligro de salinización en los suelos

La siembra de un mismo cultivo en el túnel y los problemas de mala calidad de agua son dos de los temas a tratar en la producción intensiva, cuando se piensa en tener un sistema sustentable.

Luciano Carassay, ingeniero y docente en la Facultad de Agronomía de la UNLPam, es uno de los profesionales que trabaja en el área de horticultura y está vinculado entonces a las producciones vegetales intensivas. En diálogo con RD señaló que se especializa en estrés salino, con un doctorado sobre el cultivo de lechuga, y observan en La Pampa la problemática por poca agua para riego y sus características de baja calidad.
Con mala calidad de agua nos referimos generalmente a la alta presencia de sales, muchos hidróxidos carbonatos que producen un PH elevado. Esto afecta porque al regar los cultivos hortícolas y frutales se va salinizando y alcalinizando el suelo”, explicó.
Esta es una de las complicaciones para los cultivos bajo cobertura, y afecta las localidades pampeanas que producen para autoabastecimiento y en pocos años ven disminuidos los rendimientos junto con la aparición de otros problemas como susceptibilidad a enfermedades y la baja sustentabilidad del sistema.
En la facultad se reciben consultas por estos inconvenientes, dijo el entrevistado. Y cuando la producción ya está en marcha, es difícil buscar opciones.

“Los productores optan por equipos de ósmosis, después de más de una década de trabajar en lugares con mala calidad de agua esta es una alternativa, pero a su vez encarece la producción y aún así requiere un manejo agroecológico que implica hacer rotación de cultivos y diversificar con menos ciclos por año”, explicó.

La degradación de suelos en los invernaderos, es muy extrema, y después de años de horticultura en algunos casos ha requerido directamente trasladarse y cambiar la ubicación del emprendimiento.

Por esta razón, al momento de comenzar con un emprendimiento de cultivo intensivo, Carassay señaló que ellos recomiendan hace varios años la necesidad de verificar antes la calidad de agua. Porque será una ventaja a futuro contar con un lote que tenga un recurso adecuado. Hay que pensar que si no se tiene eso en cuenta a largo plazo todo va a girar en solucionar la mala calidad de agua en lugar de apuntar a otros objetivos productivos.

En el mundo existen hoy cultivos pensados para soportar la mala calidad de agua, incluso un argentino creó una variedad de tomate que se puede regar con agua de mar. Sin embargo, el proceso perjudicial sobre el suelo y su degradación se va a mantener. La contaminación antrópica hoy lleva a la necesidad de buscar materiales tolerantes a la salinidad (como acelga, rúcula y remolacha), no sólo ir a las variedades resistentes, y optar por hacer un buen manejo con diversificación y con cultivos de cobertura.