El ingeniero Mario Cattáneo, será coordinador de una de las mesas técnicas que tendrá CEBAR 2021 cuando se desarrolle en abril, y es un conocedor de la cebada porque es su experiencia ha pasado por todos los eslabones de la cadena de este cultivo.
“Producción y desarrollo, mejoramiento, comercio, control de embarques y son unos 30 años de experiencia por estar vinculado a la cebada”, dijo el ingeniero que reside en la provincia de Buenos Aires.
Cattáneo recordó que en sus comienzos el cultivo se ubicó en el sudoeste bonaerense, por sus ventajas en la eficiencia del uso del agua, pero luego fue pasando a zonas de La Pampa. Con el crecimiento de la implantación de soja y la alianza estratégica entre ambos granos se amplió su producción en una segunda etapa al norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe. Después la gran difusión del cultivo se dio desde el 2006 con la intervención del mercado de trigo, cuando la cebada se volvió una “alternativa muy válida” por lo que hoy el sudeste tiene casi el 50% de la cebada que se produce en el país.
Con respecto a su disertación, el ingeniero detalló que se abocará a la evolución del cultivo de cebada en Argentina, las perspectivas del mercado y sus posibilidades futuras. Para ello irá analizando cómo se volvió una opción agrícola competitiva, sin ser un cultivo de segunda, para abarcar una superficie significativa. También es destacable que la cebada ha incorporado mucha tecnología, tiene innovación y por ello se puede proyectar a futuro.
Acerca del mercado interno, Cattáneo dijo que Argentina desde el 2010 comenzó a figurar en los reportes internacionales de cebada. Esto lo que va de la mano con la integración en el Mercosur porque es cuando se producen nuevas malterías y las existentes en países como Brasil ampliaron su capacidad productiva. Sin embargo, es la sequía de Rusia y Ucrania hace poco más de una década lo que generó un faltante de cebada forrajera en el mundo que dio a nuestro país la oportunidad de un nuevo mercado.
“En mayo del año a pasado, se produjo un conflicto entre China y Australia, y allí es cuando la nación asiática pone un arancel muy alto a la cebada australiana que perjudica a ese proveedor. Esto provocó que China busque nuevos mercados para abastecerse como Francia, Canadá y también Argentina”, afirmó.
Este fue uno de los principales factores que cambió la dinámica de la cebada argentina, que para exportación tiene una calidad media entre forrajera y cervecera. Así se logran precios firmes, embarques importantes y un cambio en la realidad del cultivo que puede generar un crecimiento en la superficie nacional.