“Aquí en la experimental funciona un tambo ovino modelo, en realidad esta actividad es reciente en Argentina porque se comenzó en la década de los ‘80”, explicó Micaela Stazionati, médica veterinaria a cargo de la majada de ovinos de la EEA INTA Anguil.
La profesional dijo a RD que en el año 1995 se comenzó con el tambo y de forma ininterrumpida se está ordeñando. Desde el 2013, a través de un proyecto de Margarita Busetti, se pudo construir el tambo modelo. En pequeños rumiantes se utiliza una estructura con tarima para el ordeñe, pero en cambio las instalaciones de INTA Anguil cuentan con una fosa, cepo secuencial, línea de vacío con siete bajadas de leche y posee una capacidad para trabajar en simultáneo con 14 animales.
“Hay muy pocos tambos como este a nivel país, hablando siempre de pequeños rumiantes”, indicó.
Stazionati recordó que la lactancia en ovinos es netamente estacional, por su ciclo reproductivo.
“La oveja es poliestrica estacional con fotoperíodo negativo, es decir que comienza a ciclar cuando se acortan los días en otoño. La Pampinta tiene alrededor de 142 ó 145 días de gestación. Entonces el ingreso al tambo va a depender de la infraestructura y la mano de obra para realizar el destete. En INTA lo que hacemos es un destete precoz, cuando la cría triplica su peso de nacimiento. Nuestras ovejas paren en agosto habitualmente y al tambo entran de septiembre a octubre”, dijo a RD.
El destete y sus tiempos van a determinar la cantidad de meses que la oveja está produciendo leche en el tambo. Hay una opción denominada “media leche” que implica sacar por la noche los terneros y ordeñar después con el cordero al pie.
En el tambo modelo las madres siguen con ordeño hasta que llegan al mínimo diario de 200 mililitros, en ese momento se considera que el animal ya comienza a “secarse”. Esto depende de muchos factores, y uno de ellos es la alimentación. Hoy la media nacional para ovinos es de 600 mililitros diarios por animal, señaló, pero en INTA con una lactancia de 150 días se logra llegar a un litro diario, y esto tiene que ver con el origen de la cruza de las Pampinta y su herencia frisona.
La leche ovina tiene características especiales. Siendo muy rica en proteínas (duplicando lo que se obtiene con bovinos) llega a un seis o siete por ciento, y también posee muchas grasas. Se considera que es alta en sólidos totales y por esa razón el 90% de su destino es para elaboración de quesos, porque para ese alimento tiene muy buen rinde. Como leche fluida no se consume tanto en Argentina, como sí ocurre en Asia.
Acerca de la sanidad y limpieza, la veterinaria consideró que la ubre de la oveja se mantiene limpia no requiere un lavado previo a menos que haya llovido o por otro factor externo. Tampoco se realiza despunte como con las vacas. Se ordeña a la oveja y se realiza el sellado.
Si bien se hace mención a las diferencias con la producción del tambo bovino, Stazionati dijo que la comparación no es posible por la distancia entre ambas producciones, ya que en pequeños rumiantes son emprendimientos chicos y principalmente de tipo familiar diferentes en escala al de vacunos. Como ventaja está el mantenimiento de la oveja porque “donde come una vaca pueden abastecerse seis ovinos”, el ordeñe es más sencillo y lleva menos agua por lo tanto hay menos efluentes. “La tarima del tambo de ovejas está seco y la oveja casi nunca ensucia, a menos que sea una borrega primeriza que puede orinar por el miedo de algo nuevo, pero no suele ocurrir. Es un tambo más limpio que el de vacas”, consideró.
En cuanto a la realidad de la actividad manifestó que es relativamente nueva en el país pero se observa a nivel nacional qué hay un “círculo vicioso”. Existen entre 48 y 50 tambos, pero el número lleva una década sin crecer debido a que los ingresos y egresos de productores se ven todos los años y así el número total se mantiene. “Esto ocurre porque hay importantes barreras económicas, genéticas, tecnologías y de idiosincrasia, porque a veces incursionan sin tener una idea real de lo que implica esta producción”, afirmó.
Stazionati afirmó que en Argentina el tambo ovino tiene sus ventajas tanto por el ambiente como por la posibilidad de mantener actividades artesanales y ecológicas logrando productos diferenciados que son buscados por los consumidores. Incluso, pensada como una actividad paralela a otras del agro y encontrando un nicho de comercio estable.