El 1er Congreso Nacional de Semillas trajo a debate el tema de la resistencia y las malezas, con la presentación de diferentes ensayos realizados en el país.
La ingeniera Patricia Diez de Alzurrun (docente y técnica de INTA Balcarce) se refirió a la resistencia de las malezas y sus medios de distribución dentro de un estudio realizado para el sudeste bonaerense.
En cuanto a la problemática abordada, recordó que en Argentina hay más de 20 especies con resistencia a diferentes modos de acción, principalmente que no responden a glifosato, herbicidas graminicidas e incluso con aquellos que trabajan a nivel hormonal.
Dentro de esas 20 especies resistentes, en la zona del sudeste bonaerense hay menos existencias pero se ven complicaciones con raigrás, malezas brasicáceas del tipo del nabo y el caso del yuyo colorado.
En cuanto a los agentes de dispersión para las malezas, los alcances se dan dentro de un mismo lote, entre lotes e incluso entre regiones. La ingeniera diferenció que hay factores naturales, con menor escala de dispersión, como las aves, escurrimiento de agua, viento, ganado, insectos o una tormenta. Considerando la intervención del hombre, factor antrópico, el alcance de la dispersión es mayor y sus principales formas se dan con el transporte de ganado, la semilla contaminada con la comercialización de materiales no fiscalizados, el uso en alimentación de la hacienda, abonos, uso de agua para riego y las maquinarias para agrícolas que se mueven por el país. Siendo esta última opción una de las que más preocupan.
La multiplicación de las malezas por reproducción, una vez que la semilla es diseminada, tiene sus restricciones. “En total en Argentina tenemos 39 biotipos de 21 especies con resistencia, a cuatro ciclos de acción, de las cuales 13 tienen casos de resistencia múltiple. Y si vamos a analizar cada una, sólo dos de las especies poseen multiplicación vegetativa y tres especies tienen los órganos necesarios para favorecer su diseminación”, señaló.
“Entender la importancia de los mecanismos de dispersión es vital en el desarrollo de estrategias preventivas de manejo de malezas (…) de ahí la necesidad de prevenir la diseminación antrópica a través de sus maquinarias”, afirmó.