Cristian Álvarez, ingeniero técnico de INTA en la AER General Pico, se refirió a la falta de agua en la zona en el momento del desarrollo del cultivo de trigo y dijo qué hay zonas que se pastorearon o se secaron, otras que se usaron para cultivo temprano, algunas se dejaron pero están con una cobertura del 50% sin lograr buenos volúmenes productivos y con la gran variabilidad se pueden encontrar sectores con trigos en excelente estado.
“El factor que regula todo es el agua, que al momento de la siembra fue clave. Porque es el factor que al momento de la siembra explica entre el 75 y el 80% de la variabilidad de la producción del cultivo. El resto está asociado a variables climáticas y a manejo”, destacó.
Un evento extraordinario del año, recordó, fueron las heladas porque afectaron a los materiales sensibles con pérdidas de macollo. El ingeniero señaló que aún en opciones de cultivo que no dependen tanto de las temperaturas, las heladas se dieron en cantidad, magnitud e intensidad, afectando a los cultivos de la zona. Sumado a esto la falta de agua.
Álvarez consideró que aquellos materiales que se destacaron con “muy buen comportamiento al frío” Serna tenidos en cuenta para próximas campañas.
También ha sido importante observar el manejo realizado, por las densidades, el ciclo y la nutrición principalmente con fósforo asociado a la estructura del trigo, además de la corrección con nitrógeno. Estas incorporaciones fueron estratégicas al fertilizar porque se observó que fueron cultivos con menos estrés y su expresión da una buena densidad de espigas llegando a rendimientos, en algunos sectores, por sobre los 40 y 45 quintales. Con una media de 2.000 o más.
Todas estas observaciones se van corroborando con los ensayos realizados en Bernardo Larroudé, Embajador Martini, Guatraché, Eduardo Castex e Intendente Alvear.
Fuente: Antonio Ocerin