Con ese análisis se consideró la expectativa del mercado interno para la demanda de soja, ante una rentabilidad ajustada y precios que ponen a toda la cadena en una situación complicada.
“Acá tenemos el precio en dólares, podemos ver que con la reciente baja, los precios en dólares se estabilizaron o intentaron una tímida recuperación, pero aún estamos en los niveles más bajos desde el 2020”, señaló Emilce Terré, jefa del Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, se refirió al mercado argentino en la campaña 24-25 en el marco del seminario ACSOJA 2024.
Y mostró que el poder de compra de la soja en pesos constantes a hoy está en mínimos desde el año 2018. “La caída no se ha detenido y estamos nuevamente con un poder de compra muy erosionado respecto a lo que vimos en los últimos años. Este es otro partido, donde los números empiezan a estar mucho más ajustados”, afirmó.
Según cifras oficiales, para lo que es la campaña actual, se llevan compradas casi 28 millones de toneladas, el promedio de los últimos cinco años es de 27 millones de toneladas.
“Es decir que las ventas están en línea con lo que es normal a esta altura del año”, dijo Terré. Las operaciones se hicieron con un 76% de precios en firme cuando el promedio da 77%, por lo tanto, la campaña de soja actual avanza como suele hacerlo habitualmente.
La economista advirtió que este año, con precios mucho más bajos, están ingresando muchos menos dólares del agro, ya que se está vendiendo al menor precio de los últimos casi cinco años, y la rentabilidad se ajusta para toda la cadena, también para las previsiones del mercado de divisas.
“Uno podría tener la sospecha de que si los precios bajan entonces la industria va a estar comprando más barato y mejorando su rentabilidad, sin embargo, el margen teórico de la industria y de la exportación está en terreno negativo en ambos casos. Los márgenes brutos tanto para comprar poroto y exportarlo como tal, como para procesarlo y exportarlos como harina y aceite, están hundidos en terreno negativo y eso implica también una rentabilidad negativa del sector comprador”, explicó.
La analista de la BCR indicó que parte del crushing se está haciendo con soja importada. Hasta agosto se compraron 3,7 millones de toneladas, es el segundo mayor registro en los últimos años, solo por detrás del año pasado, el de la gran sequía.
Las exportaciones del complejo soja rondan los 4,5 millones de toneladas de poroto, las de harina suman 16,6 millones y 3 millones las de aceite. “Esta suma es alrededor del 66% de las exportaciones que estimamos para toda la campaña. El ritmo de ventas al exterior está en línea con lo usual para esta altura del año e incluso algún punto por encima”, afirmó Terré.
En la nueva campaña, en soja de primera, para un rinde de 40 quintales promedio, el margen en campo propio da positivo, aunque bastante ajustado, mientras que el margen en campo alquilado da negativo por 80 dólares.
En soja de segunda, para el planteo trigo-soja, hay números positivos con un rinde promedio de 35 quintales, ya con 30 quintales daría resultado negativo. “Es un partido distinto al que se jugó en los últimos años y habrá que hacer un esquema financiero y de cobertura de los precios muy cuidadoso para poder asegurar la rentabilidad este año”, subrayó Terré.
La soja se expandiría a 17,7 millones de hectáreas, la superficie sembrada más alta desde la campaña 2017-2018. “Con un rinde promedio nacional de 30 quintales por hectárea, la producción podría llegar a los 52 ó 53 millones de toneladas”, informó la economista.
Del lado de la demanda, “los márgenes brutos siguen en terreno negativo, esto nos habla de una industria que no va a estar desesperada por salir a comprar más de lo que suele comprar, al contrario, va a tener que también estar cuidando sus números”, dijo Terré. “Con estos márgenes es muy difícil pensar en un boom de negocios, tanto para el productor como para la industria, toda la cadena está muy justa y por eso vemos al final de la campaña un potencial de suba de los stocks finales, de ser este el escenario y no cambiar la rentabilidad de la cadena a nivel global, a nivel macroeconómico, podemos tener una demanda bastante más pesada que otros años”, lamentó.
Según su análisis, las exportaciones del complejo sojero para el año que viene quedarían por debajo de los 19.000 millones de dólares, considerando la caída de los precios internacionales.
Fuente: ACSOJA