Trigo: Con buenos precios las ventas se mueven despacio

El precio de los granos ya vendidos y los valores actuales del trigo permiten a los productores tomarse más tiempo para comercializar, dijo la ingeniera Paulina Lescano, consultora en mercados del agro.

Pensando en el trigo la especialista manifestó que el nivel de comercialización viene bastante atrasado en el país con respecto al promedio histórico y a lo ocurrido en el 2020. “Para tener una referencia, de acuerdo a los datos del Ministerio de Agricultura, la mercadería con precio sobre la que se han hecho negocios alcanza al 50% de la cosecha esperada y el año pasado a la misma altura ya se llevaba el 73%”, indicó.

La demora se debe a varios factores, y Lescano explicó que una de las causas principales es que los precios internacionales y locales son interesantes por lo que las ventas se atrasaron en el trigo y en otros cultivos como la soja. “Porque hasta hace muy poco la expectativa era que esos precios siguieran creciendo, entonces esa posibilidad hace que se busque tratar de demorar la venta para obtener valores más altos”, señaló.
Otro elemento es que al tener precios muy buenos en otros granos (como soja y maíz), esto pensando en los mínimos esperados y lo que se pagó en el 2020, las ganancias de esas ventas permiten a algunos no tener la urgencia de salir a vender sí o sí su trigo.

INDUSTRIA MOLINERA

Acerca de la molinería, Lescano recordó que es un sector que compra a medida que necesita la materia prima, a diferencia de los exportadores que manejan volúmenes mayores y que sostienen su demanda según lo que logran comercializar al exterior. El sector molinero consume al año entre cinco y seis millones de toneladas de trigo y va comprando mensualmente.

“Hoy la exportación tiene compras de nueve millones de toneladas, que las va a ir recibiendo y embarcando a lo largo de todo el año. En cambio la molinería ha comprado hasta ahora 1.200.000 toneladas que es lo que necesitó hasta el momento. Viendo el 2020 hay diferencia, con menor demanda molinera pero no es una distancia tan grande”, afirmó. La diferencia con el año pasado es de 400.000 toneladas, es un atraso que se debe a que el nivel de ventas es menor para la industria. Y en ello influyó la baja de consumo general por la pandemia.

La especialista manifestó que desde diciembre se escuchaban algunas versiones originadas sobre la reducción de dos millones de toneladas en la producción triguera. Esto también produce un descenso en el saldo exportable. Pero hubo un momento en el que los exportadores venían comprando bien y algunos pensaron en la posibilidad de un “desabastecimiento interno” si el comercio exterior se mantenía fuerte.

“Yo creo que eso no va a ocurrir, si bien no hubo ninguna noticia oficial para intervenir los registros de exportación de trigo, todo indica que hay una especie de acuerdo entre los participantes para que esas ventas al exterior no crezcan más de lo que se anticipa con el saldo exportable. No estamos, considero, en una situación de riesgo para el consumo interno”, dijo a RD.

En cuanto a la nueva campaña, Lescano manifestó que los valores desde diciembre ya muestran una tendencia. El trigo cotizaba a 200 dólares a fines del 2020 y en la campaña anterior se pagó alrededor de 165 dólares. “Empezamos con valores que son interesantes teniendo en cuenta campañas anteriores”, analizó.
Por esa razón, una buena decisión para los productores sería continuar incorporando cereales en las rotaciones y si los precios acompañan esto se reflejará en un aumento en el área de siembra.