“Cuando se aportan datos y la genética se prueba con resultados el productor y el criador están de acuerdo en pagar por un animal que le gusta y es funcional a su campo”, dijo Erika Schild de la Cabaña Namuncurá de Uriburu, que hace unos cinco años comenzaron con la producción de genética y vienen participando con sus toros en diferentes concursos buscando calidad.
Presentes en diferentes exposiciones rurales ya estuvieron en Huinca Renancó y el pasado fin de semana en Realicó donde sacaron con sus ejemplares angus el Toro Individual, el Gran Campeón Ternero, la Reservada Gran Campeona Ternera y el Reservado Campeón dos dientes y el mismo animal fue el Segundo Mejor Toro Controlado de la muestra.
En cuanto a la visión de la cabaña, explicó que están en la “búsqueda de un biotipo” y por ello además de la elección fenotípica se observa mucho la información de los DEP, buscando facilidad de parto, buen desarrollo al destete y desarrollo sin aumentar el frame. Se observan además características maternas como calidad de ubre en las vaquillonas, fertilidad y calidad carnicera final. “No usamos una línea de sangre en particular si no que vemos los toros que se adaptan al programa genético y los elegimos por lo que agregan a nuestro rodeo”, señaló
La cabañera indicó que para la venta el productor tiene a su disposición todos los datos fenotípicos además de los DEP. “De a poco vamos pidiendo cada vez más datos y esa es una herramienta objetiva para hacer la elección y lograr el mejoramiento genético”, consideró.
Fuente: Antonio Ocerin