Los últimos puesteros: Sólo un perro

Lo vieron ladrar la luna
que brilla en la soledad,
él sueña que volverá 
por una huella sin tiempo,
su amigo que llevó el viento,
el que nunca volverá.
Dicen que se echa en la noche
en un cuerito de ovejas,
de a ratos con sus orejas
busca sentir un tropel,
pero son las penas de él
que solitarias se alejan.
Toma el agua en la bebida
come en alguna osamenta,
muchas veces se lamenta
aullando en las madrugadas,
por la tierra desolada
que duele más de la cuenta.

Versos extraídos con permiso del autor, Ariel Alpataco Vazquez, del libro Los últimos puesteros.