Mi canto no tiene pausa Ni se cansa de trotar, nadie lo puede parar porque le sobra rebenque, voy a atar en el palenque de un tal Victelmo Badal.
Del Paso Los Algarrobos donde sudan las caronas, donde el Atuel se evapora en los extensos bañados, hay un puestito nombrado el María Auxiliadora.
Allí plantó su ranchito entre algarrobo y jarilla, lleva una vida sencilla con poquitos animales, pero no faltan corrales para encerrar la tropilla.
Versos extraídos con permiso del autor, Ariel “Alpataco” Vazquez, del libro Los últimos puesteros.